218 millones de niños explotados justifican el Día Mundial contra el Trabajo Infantil

  • Francisco ha denunciado esta forma de trata de personas repetidas veces, refiriéndose a ella como una “auténtica plaga”
  • Las instituciones católicas se suman a las reivindicaciones de la jornada y muestran cómo hay solución al problema

Las instituciones eclesiales se suman a las reivindicaciones del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra cada 12 de junio. Francisco ha denunciado este fenómeno repetidas veces, refiriéndose a él como una “auténtica plaga”. “Todos los niños tienen que poder jugar, estudiar, rezar y crecer en su propia familia, en un ambiente armonioso, de amor y de serenidad. Es su derecho y nuestro deber”, denunciaba durante la audiencia de de los miércoles de 2013 que coincidió con esta jornada.

Según la ‘Estimación mundial sobre el trabajo infantil: Resultados y tendencias, 2012-2016’ (septiembre de 2017) en todo el mundo, 218 millones de niños entre 5 y 17 años están ocupados en la producción económica. Siendo, 152 millones de ellos víctimas del trabajo infantil –casi la mitad, además con un trabajo peligroso–. De estos, 88 millones son varones y 64 millones son niñas.

En términos absolutos, casi la mitad del trabajo infantil (72 millones) se concentra en África; 62 millones en Asia y el Pacífico; 10,7 millones en América; 1,1 millones en los Estados Árabes; y 5,5 millones en Europa y Asia Central, según el mismo informe. Por sectores, el trabajo infantil se concentra en primer lugar en la agricultura (71%), el 17% trabaja en el sector de servicios y el 12% en el sector industrial, en particular la minería.

El poder de la educación

Entre las instituciones movilizadas están las oenegés salesianas (Jóvenes y Desarrollo, Solidaridad Don Bosco y VOLS – Voluntariat Solidari, que, en esta jornada, reivindican la educación como “uno de los pilares fundamentales para contribuir a la erradicación de esta lacra que condena a generaciones de familias a perpetuarse en el círculo de la pobreza y la explotación”.

Para ello, buscan promover “una dinámica participativa en los diferentes centros educativos con los que trabajamos para reflexionar sobre esta temática y luchar por su erradicación”. Y es que las entidades salesianas impulsan centenares de proyectos en los países empobrecidos destinados a buscar “la reinserción de chicos y chicas de la calle o del mercado, con niñas y niños abusados, explotados y traficados… y otros no tan extremos pero que también requieren un acompañamiento constante”.

Es el trabajo que se desarrolla en el Centro de Reinserción de Menores traficados de Ashaiman (Ghana), en el que un educador relata el testimonio de uno de los chicos acogidos: “Cuando tenía 5 años fue entregado a un maestro de esclavos por su madrey desde entonces fue obligado a pescar hasta que fue rescatado del Lago Volta y llevado por las autoridades al Centro de los Salesianos. Se desconoce su edad real ya que fue traficado a una edad muy temprana. Nunca ha ido a la escuela y, por lo tanto, no puede leer ni escribir. Su sueño es convertirse en abogado. Es muy activo, trabajador y creativo”.

Hay salida

Con motivo de esta jornada, la fotoperiodista Ana Palacios, recientemente premiada por Manos Unidas por afrontar este tema, presenta el documental ‘Niños esclavos. La puerta de atrás’. Un proyecto en el que “por primera vez se documenta la esclavitud, el rescate, la rehabilitación y la devolución a sus familias de niños víctimas de trata en África Occidental, la región con más niños esclavos del mundo” y al que la autora ha dedicado tres años de trabajo, cuatro viajes a terreno y cinco meses de convivencia con esta realidad y sus protagonistas en Togo, Benín y Gabón.

Ahora se plasma no solo en la pantalla, sino también en un libro y una exposición en los que se recogen las historias de más de cincuenta niños esclavos que han conseguido encontrar, abrir y atravesar esa “puerta de atrás” para recuperar su infancia interrumpida.

El trabajo muestra la aportación de algunas oenegés, instituciones y misioneros que “han decidido reforzar la labor de “protección” que llevan a cabo los gobiernos y apoyan a los menores, acogiéndoles tras haber sido víctimas de cualquier forma de violencia”, señala. Fundamentalmente recoge la labor que se desarrolla en tres centros de acogida que “aseguran la protección integral transitoria de estos niños mientras llevan a cabo la búsqueda exhaustiva de la familia o valoran alternativas de reinserción social facilitando su formación profesional”. Es el caso de Mensajeros de la Paz en Cotonou (Benín), las Carmelitas Vedruna en Lomé (Togo) y en Libreville (Gabón), y Misiones Salesianas en Kara y Lomé (Togo), que cuentan con el apoyo de UNICEF, que “atienden a cientos de niños víctimas de trata y lo hacen, desde hace años, con rigor, eficacia y aprovechando al máximo sus escasos recursos económicos”.

En Madrid habrá una premier del documental y presentación del libro en Sala Azcona de la Cineteca del Matadero el 21 de junio a las 19:00 h. En Zaragoza, el documental se proyectará en el Cine Cervantes el 26 de junio a las 19:00 h. y la exposición se inaugurará el día 27, a las 19:00 h. –con la presentación del libro– en el Museo IAACC Pablo Serrano.

Niños esclavos. La puerta de atrás | Teaser | V.O. Español from Ana Palacios on Vimeo.

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