El rostro indígena del desplazamiento forzado en la frontera colombo-venezolana

  • El SJR alerta a las autoridades colombianas para “garantizar la vida y los derechos humanos de la comunidad indígena Yukpa”, en situación de vulnerabilidad, víctima de ataques en Cúcuta
  • El grupo había migrado desde Venezuela en busca de alimentos, asistencia médica y protección

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) de Colombia, a través de su director nacional, Mauricio García, ha expresado su preocupación por la situación de vulnerabilidad del pueblo indígena Yukpa, y ha rechazado el ataque armado al refugio que tenían en el barrio Nuevo Escobar, en la fronteriza ciudad de Cúcuta, al noreste del país, y solicitando a las autoridades tomar cartas en el asunto.

“El día 17 de mayo del presente año recibieron amenazas directas contra su integridad física y psicológica” reza el comunicado dado a conocer por la SJR Colombia, en el que además señala que “conocimos por parte de los líderes yukpa acerca de la desaparición de dos de sus miembros y las lesiones personales sobre uno más”.

Toda esta tensa situación ha obligado al grupo indígena a reubicarse en el parque Santander, en el centro de la Cúcuta, en busca de seguridad. Por esta razón el SJR de Colombia “hace un llamado urgente a las autoridades colombianas a garantizar la vida y los derechos humanos de la comunidad Indígena Yukpa en situación de desplazamiento forzado”.

En busca de alimentos, salud y protección

Si bien el pueblo Yukpa es considerado binacional, este grupo en situación de vulnerabilidad proviene del otro lado de la frontera, toda vez que –como señala la organización jesuitas– “dadas las difíciles situaciones en Venezuela, dicha comunidad se ha desplazado hacia Colombia en busca de alimentos, asistencia médica y protección”. 

“Desde diciembre del año 2017, se han ubicado en distintos sitios de la ciudad tales como la ronda del río Táchira y el barrio Nuevo Escobar de Cúcuta; hecho conocido por las autoridades, organizaciones humanitarias y la opinión pública”, puntualiza el SJR.

Daños irreparables

Ante la grave situación, el SJR también acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para solicitar “medidas cautelares ante los graves hechos de violación a los derechos humanos y el daño irreparable que ha sufrido la comunidad”.

Pese a los esfuerzos del Estado colombiano y de algunos organismos humanitarios en materia de protección a estas comunidades indígenas, el director nacional del SJR asegura que estas “respuestas no han sido suficientes ni acordes con los estándares de protección, lo que ha conllevado a la muerte de dos niños indígenas Yukpa por agravamiento de salud en las pasadas semanas”.

Plan de contingencia

En tal sentido, “el SJR recomienda que se active el plan de contingencia de desplazamiento forzado intraurbano”, y además, sugiere “la activación de especial protección a grupos étnicos, la cohesión comunitaria según sus usos y costumbres y la no devolución, dado que la voluntariedad puede estar viciada por la condición de vulnerabilidad en que se encuentra la comunidad”, señala, invocando el marco de protección previsto en la ley 1448 de 2011.

Por su parte, el organismo humanitario internacional de la Iglesia católica, “ha brindado acompañamiento a esta comunidad desde su llegada a Cúcuta, en el marco de su misión, fundamentada en principios humanitarios, de neutralidad e independencia”. 

La vida y la dignidad humana, en primer lugar

No obstante, los jesuitas apelan a la institucionalidad “como un aliado en la defensa de los derechos humanos y, al mismo tiempo, invitamos a reconocer nuestro actuar en un marco de colaboración, pero siempre anteponiendo la protección de la vida y la dignidad humana”.

Rechazamos cualquier intento de hostigamiento, estigmatización y persecución contra nuestra misión humanitaria que se enmarca en el llamado del papa Francisco en acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados”, concluye el comunicado.

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