La Iglesia lucha contra el cambio climático en las decisiones financieras

  • Caritas Internationalis y otras 35 instituciones católicas toman la decisión de no invertir en combustibles fósiles
  • Es una manera de mostrar el “liderazgo contra el cambio climático”, según afirma el arzobispo de Luxemburgo

Cáritas Internationalis lidera un movimiento para dejar de invertir en combustibles fósiles

Un grupo de instituciones eclesiales, lideradas por el Movimiento Católico Mundial por el Clima, y entre las cuales destaca Caritas Internationalis, han tomado la decisión de dejar de invertir en combustibles fósiles. El cardenal Tagle, arzobispo de Manila y presidente de Caritas Internationalis, ha justificado la decisión ya que “los pobres están sufriendo mucho a causa de la crisis climática, y los combustibles fósiles son uno de los principales impulsores de esta injusticia. Por eso Caritas Internationalis ha decidido no invertir más en combustibles fósiles”.

El anuncio que se ha realizado en el marco de la celebración del Día Mundial de la Tierra, implica a varios bancos católicos como Pax Bank, Bank Im Bistum Essen o Steyler Ethik Bank, a archidiócesis como la de Luxemburgo o de Salerno-Campagna-Acerno, en Italia. Se estima que las inversiones de los bancos podrían llegar a los 7.500 millones de euros, sabiendo que puede ser el principio de un movimiento más grande, ya que el propio cardenal Tagle ha hecho extensiva la invitación: “Animamos a nuestras organizaciones miembros y a otros grupos u organizaciones relacionadas con la Iglesia a hacer lo mismo”.

Liderar la revolución climática

Los combustibles fósiles, entre los que destacan el carbón, el petróleo o el gas, son la principal causa de las emisiones de gases contaminantes como el CO2, que provoca el efecto invernadero, principal causante del cambio climático, pero de muchos otros problemas tanto por su combustión y los residuos que genera, como por su obtención y el control político de las regiones donde se obtienen.

Para Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo, supone que “nosotros, los obispos, estamos cada vez más comprometidos a tomar decisiones financieras que estén en línea con nuestros valores morales“. Así, plantea que este proceso de desinversión “es un modo importante de que la Iglesia muestre su liderazgo contra el cambio climático”. Hollerich no quiso olvidarse de las personas que trabajan por la defensa de la naturaleza: “Alabados sean todos los que sirven ‘a los más pequeños’ protegiendo el medio ambiente”.

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