Alejandro Goic: “Todos hemos de comprender que las víctimas son prioritarias”

Aunque ya ha presentado su renuncia, al haber superado los 75 años, Alejandro Goic Karmelic sigue siendo obispo de Rancagua. Fue presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) entre 2004 y 2010 y, desde su origen, preside el Consejo nacional de prevención de abusos.

PREGUNTA.- ¿Cómo recibió la Plenaria de la CECh la carta del Papa?

RESPUESTA.- Escuchamos en profundo silencio su lectura. Provocó una gran sorpresa por su contenido, por la convocatoria a juntarnos todos en Roma y, sobre todo, por la petición de perdón que él hace por no haber estado suficientemente informado. La reacción fue doble: por un lado, de esperanza por esta decisión del Papa, que provoca una situación absolutamente nueva, y que confiamos marque un antes y un después en la vida de nuestra Iglesia, tan atormentada por los abusos; y, por otro, de una gran sorpresa y también de un gran dolor, porque, en épocas pasadas, nuestra Iglesia fue señera en la defensa de la dignidad humana, del respeto a las personas; y, en este último tiempo, hemos estado en el tapete mediático porque algunos hermanos nuestros, y son muchos lamentablemente, han abusado de niños o adolescentes, lo cual es muy grave.

P.- ¿Cómo se preparan los obispos para su reunión con Francisco en Roma?

R.- El Papa nos ha pedido que nos pongamos en estado de oración. Acabo de llamar a la comunidad diocesana a que todos oremos para emprender este camino de conversión personal y pastoral. En la Asamblea Plenaria nos pusimos a preparar lo que hemos llamado núcleos teológico-pastorales fundamentales para el futuro de nuestra Iglesia. Esperamos transmitírselos al Papa. El primero y principal es nuestro encuentro con Jesús, fundamental en nuestra misión pastoral. Somos seguidores del Jesús que nos reveló el amor del Padre y el amor a los hermanos. Otro núcleo será fortalecer todos los vínculos en el pueblo de Dios, para una mayor comunión eclesial, promoviendo la unidad y viviendo con fraternidad la diversidad. También indicamos la necesidad de comprender mejor la cultura actual, porque para los creyentes todo tiempo es tiempo de gracia, de salvación.

P.- Usted pidió desde el Consejo para la prevención de abusos poner la mirada en las víctimas. ¿Es suficiente para recuperar la confianza?

R.- El tema de los abusos tiene dos elementos esenciales que no podemos olvidar: que la verdad nos hace libres, por lo que debemos seguir trabajando muy fuerte para que todos estos episodios tan dolorosos se conozcan, se esclarezcan y, si hay delitos, que actúen la justicia civil y la eclesiástica. Lo segundo es la prioridad de las víctimas. Por supuesto que debemos preocuparnos también de quienes han ocasionado estos dramas en el seno de nuestra Iglesia, porque también son hermanos nuestros, pero todos hemos de comprender que las víctimas son prioritarias. Escucharlas, acogerlas y darles todo el apoyo posible en actitudes reparatorias será un elemento esencial. Por eso uno de los núcleos que hemos estado reflexionando se refiere a estos abusos, también los de autoridad, para fomentar una mayor acogida y empatía hacia las víctimas.

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