Francisco, “turbado” por la situación en Siria

  • En el rezo del ‘Regina Coeli’, ha pedido que “prevalezcan la justicia y la paz”
  • Señala que “Jesús resucitado no es un fantasma” y que “el cuerpo no es una prisión del alma”

Al mediodía de este domingo 15 de abril, Francisco ha saludado a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro en el tradicional ángelus, bautizado como Regina Coeli en este tiempo pascual. Sus primeras palabras en este tercer Domingo de Pascua han glosado el evangelio del día (Lc 24, 36), donde Cristo Resucitado se presenta ante los discípulos en el cenáculo y les saluda con el “paz a vosotros”. Para el Papa, “el episodio contado por el evangelista Lucas insiste mucho en el realismo de la resurrección. De hecho, no es una aparición del alma de Jesús, sino de su presencia real con el cuerpo resucitado”.

“Jesús –ha profundizado– el Papa se da cuenta de que los apóstoles se turban al verlo, están desconcertados porque la realidad de la resurrección es inconcebible para ellos. Creen que ven un fantasma, pero Jesús resucitado no es un fantasma, es un hombre con cuerpo y alma”. En el fondo les impacta “la alegría, pues creían que tanta alegría no era posible”. Por eso el Maestro les pide que le miren y le toquen, ya que tiene “carne y huesos”. Y como esto “no parece suficiente para vencer la incredulidad de los discípulos, Jesús les pregunta: ‘¿Tienen algo que comer aquí?’. Le ofrecen un poco de pescado asado; Jesús lo toma y se lo come delante de ellos”.

A partir de este episodio evangélico, Bergoglio ha recalcado que “la insistencia de Jesús en la realidad de su resurrección ilumina la perspectiva cristiana sobre el cuerpo: no es un obstáculo o una prisión del alma. El cuerpo es creado por Dios y el hombre no está completo si no es una unión de cuerpo y alma. Jesús, que ha vencido a la muerte y ha resucitado en cuerpo y alma, nos hace comprender que debemos tener una idea positiva de nuestro cuerpo”.

“El pecado no es causado por el cuerpo”

Y es que, si bien el cuerpo “puede convertirse en una ocasión o instrumento de pecado, el pecado no es causado por el cuerpo, sino por nuestra debilidad moral. El cuerpo es un don maravilloso de Dios, destinado, en unión con el alma, para expresar plenamente la imagen y semejanza de Él. Por lo tanto, estamos llamados a tener un gran respeto y cuidado de nuestro cuerpo y el de los demás”.

“¡Toda ofensa, herida o violencia al cuerpo de nuestro prójimo –ha clamado enérgicamente el Pontífice argentino– es un ultraje para Dios el creador!”. Así, ha asegurado que sus “pensamientos” se concentran hoy, en particular, “en los niños, las mujeres o los ancianos maltratados en el cuerpo. En la carne de estas personas encontramos el cuerpo de Cristo. Burlado, calumniado, humillado, azotado, crucificado, Jesús nos enseñó el amor. Un amor que, en su resurrección, ha demostrado ser más poderoso que el pecado y la muerte, y quiere redimir a todos aquellos que experimentan la esclavitud de nuestro tiempo en sus propios cuerpos”.

“En un mundo donde con demasiada frecuencia prevalecen la arrogancia contra los más débiles y el materialismo que ahoga el espíritu, el evangelio de hoy nos llama a ser personas que son capaces de mirar profundo, llenas de asombro y deleitadas por haber conocido al Señor resucitado. Gente que sabe cómo reunirse y valorar la novedad de la vida que Él siembra en la historia, para dirigirla hacia los nuevos cielos y la nueva tierra”.

“Profundamente preocupado” por la situación mundial

Tras esta primera parte más espiritual, como cada domingo, Francisco ha hecho un repaso de la situación política a nivel internacional. Y se ha mostrado “turbado” y “profundamente preocupado por la situación del mundo actual, en el que, a pesar de las herramientas disponibles para la comunidad internacional, es difícil ponerse de acuerdo sobre una acción común por la paz en Siria y otras regiones del mundo”. Al asegurar su oración “incesantemente” por la paz, ha hecho “un nuevo llamamiento a todos los líderes políticos para que prevalezcan la justicia y la paz”. Así, sin citarlo, el Papa he rechazado el bombardeo que en las últimas horas han realizado estadounidenses, británicos y franceses en territorio sirrio.

Igualmente, ha expresado el “dolor” que ha sentido al conocer la noticia del asesinato de los tres periodistas secuestrados a fines de marzo en la frontera entre Ecuador y Colombia a cargo de una facción disidente de las FARC: “Rezo por ellos y por sus familias. Estoy cerca del querido pueblo ecuatoriano, alentándolos a avanzar unidos y en paz, con la ayuda del Señor y su Santísima Madre”.

Sobre la eutanasia

También se ha referido a la situación de dos pacientes ingresados en hospitales en los que se les quiere aplicar la eutanasia frente al deseo de sus familiares de mantenerlos con vida y explorar otras alternativas: “Encomiendo sus oraciones por Vincent Lambert, en Francia, el pequeño Alfie Evans, en Inglaterra, así como otros en varios países, que viven, a veces durante mucho tiempo, en un estado de enfermedad grave, con asistencia médica para las necesidades básicas. Son situaciones delicadas, muy dolorosas y complejas. Oramos para que cada paciente sea respetado en su dignidad y tratado de manera adecuada a su condición, con el acuerdo de los familiares, médicos y otros trabajadores de la salud”.

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