“Me entristece que mis hermanos cardenales pierdan tiempo en buscar herejías en Amoris laetitia”, dice Maradiaga

El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, en una imagen de archivo/CNS

Una visita del cardenal Óscar Ándres Rodríguez Maradiaga -aunque solo sea de apenas 24 horas- siempre da para mucho. No ha sido menos en esta ocasión. En el marco de la 47ª Semana para los Institutos de Vida Consagrada, donde era la ‘estrella’ invitada, ha atendido a los medios con su característica cercanía. Sin evitar preguntas, y mucho menos respuestas.

Vida Nueva ha querido saber la opinión del arzobispo de Tegucigalpa sobre el congreso ‘¿Iglesia Católica, adónde vas? Solo un ciego puede negar que hay una gran confusión en la Iglesia’, que también se celebra hoy, 7 de abril. Pero en otro escenario: Roma. A escasos metros de la residencia de Francisco. Las ‘estrellas’ invitadas de este evento son los cardenales Brandmüller, Burke y Zen o el arzobispo de Astaná, entre otros.

Mientras el cardenal Maradiaga comparte su tiempo con la Vida Religiosa española, en el país vecino tiene lugar este otro acto. El purpurado era conocedor del evento. “Sí, lo he leído”, dijo. No hizo falta acabar la pregunta, Maradiaga habla, con cierta cara de disgusto: “Me da tristeza, porque creo que no podemos encerrarnos en una determinada línea de opinión, debemos ser abiertos y escuchar las distintas opiniones. El hecho de considerar que ‘Amoris laetitia una herejía es una equivocación muy grande, que no solo contradice al Papa, sino a dos sínodos”. Y agregó: “Francisco tiene mucha paciencia y estos hermanos están perdiendo su tiempo”.

“Necesitamos renovar la pastoral familiar”

Al mismo respecto, Maradiaga sostiene que la exhortación va calando en todo el mundo, pero sí es verdad que “cala más entre los laicos que entre los curas, y eso es una pena, porque los laicos que la leen más allá del capítulo VIII se enamoran”. Y continuó: “Lo que el Papa nos propone no se lo ha sacado de la manga, su línea es continuista con el magisterio de la Iglesia”.

De hecho, el purpurado dice esperar “mucho” del Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en agosto en Dublín: “Necesitamos una renovación profunda de la pastoral familiar; y Amoris laetitia es el instrumento para activarla y vivificarla”.

Al ser preguntado sobre por qué creía que al Papa no le quitan el sueño las críticas, el cardenal lo tuvo claro: “porque es un hombre de oración”. Aunque, a veces, “como yo digo, a todos nos sale el aborigen que llevamos dentro, pero a él le dura poco. Muchos no entienden por qué continúa confiando en algunas personas, pero él los tiene ahí, aunque otro en su lugar optaría por echarlos”, recalcó.

“La reforma es irreversible”

Sobre la reforma, también ha sido claro: no hay marcha atrás. Según explicó a los medios, el Papa le dijo hace tiempo que ·le pedía al Señor que cuando le llame, la reforma estuviera concluida”. Y confirmó que la “pata” que queda por apuntalar es la del cuerpo diplomático. Reforma en la que no descarta la posibilidad de que haya nuncios laicos.

Respondiendo a aquellos que piden más cambios, dijo que “vivimos en la cultura de la velocidad, pero el Espíritu tiene unos tiempos que no son los nuestros, y el Papa va respondiendo según los tiempos y sin prisa, porque la reforma va saliendo adelante”. Y recordó: “El Espíritu Santo no está de vacaciones ni echándose la siesta”.

El coordinador del C-9, órgano creado por Francisco para acometer las reformas, indicó que la relación entre los miembros es fluida y, aunque solo se reúnen cada dos meses, cuentan con un chat privado en el que se van comunicando. “De todas formas, cuando el Papa tiene algo urgente que decirnos nos llama”, aseguró.

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