La reelección de Al-Sisi como presidente de Egipto divide a la minoría copta

  • Algunos le apoyan porque les “rescató” de un régimen islámico, mientras que otros se abstendrán porque incumplió sus promesas
  • Los resultados de los comicios, que se celebran del 26 al 29 de marzo, no se conocerán hasta el 2 de abril

Una mujer acude a votar en las elecciones egipcias

Cerca de 60 millones de egipcios con derecho a voto están convocados a las urnas, entre el 26 y el 29 de este mes de marzo, para elegir al hombre que presidirá el país durante los próximos cuatro años. Dos son los candidatos que aspiran al cargo: el presidente saliente, Abdelfatah Al-Sisi, y el líder del pequeño partido Al-Ghad, Moussa Mostafa Moussa.

Si bien todos los sondeos pronostican una clara victoria de Al-Sisi, la minoritaria comunidad copta se muestra dividida ante la más que probable reelección del mandatario. Así, mientras el papa Tawadros –cabeza espiritual de los coptos ortodoxos egipcios– invitaba a sus fieles desde un canal de televisión progubernamental a participar masivamente en los comicios presidenciales “como si estuvieras defendiendo tu patria”, entre los propios votantes cristianos circulaba estos días también la idea de abstenerse.

Opiniones encontradas

Muchos de ellos aprovecharán la convocatoria electoral para manifestar su apoyo a este ex general del ejército, de 63 años, que les “rescató” del gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes de Mohamed Mursi, bajo cuyo mandato los coptos se sintieron más amenazados que nunca. Cabe recordar que Al-Sisi accedió al poder en junio de 2014, tras el levantamiento popular que un año antes desafió y acabó con el régimen político-religioso de Mursi, acusado de favorecer el fundamentalismo musulmán y de socavar la unidad nacional. También quieren agradecerle con sus votos los esfuerzos del Ejecutivo actual, que con ambiciosos proyectos de infraestructuras trata de reactivar una economía que atraviesa importantes dificultades.

Sin embargo, otros tantos electores no ocultan su intención de abstenerse, argumentando que Al-Sisi no ha cumplido como esperaban con sus promesas de seguridad ante el creciente número de ataques mortales que ha sufrido la comunidad copta: iglesias cerradas, profanadas o quemadas. Asimismo, critican al presidente saliente por la devaluación de la libra egipcia en 2016, lo que provocó un brusco aumento de los precios. Una medida que afecta especialmente a las clases más pobres de la población, entre las cuales figura la minoría copta.

Una comunidad marginal

Los coptos representan en Egipto entre el 10 y el 12% de la población, aunque se trata de la minoría cristiana más numerosa dentro del mundo árabe. Sus miembros se quejan con frecuencia de la marginación social que sufren, circunstancia que se traduce –entre otros aspectos– en su dificultad para acceder a puestos oficiales superiores, y que resulta particularmente sangrante en el Alto Egipto.

Por otra parte, durante los últimos cuatro años, los coptos han sido blanco de múltiples ataques, a menudo reivindicados por el Estado Islámico o por alguno de sus grupos afines en la región, que se han cobrado la vida de cientos de cristianos egipcios. El último de ellos, que causó una decena de víctimas mortales, tuvo lugar el 29 de diciembre de 2017 en una iglesia de El Cairo. Con anterioridad, el 9 de abril, festividad de Domingo de Ramos, el Estado Islámico atentó contra la Catedral de San Jorge (Tanta) y la de San Marcos (Alejandría), dejando un balance de 46 muertos.

Ante un posible aumento de la violencia durante las elecciones presidenciales que celebran estos días, miles de policías y soldados han sido movilizados para asegurar los colegios electorales y las principales ciudades del país.

Los resultados finales de los comicios se anunciarán el próximo 2 de abril.

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