Los obispos franceses apuestan por “el desarrollo de los cuidado paliativos”

  • Los prelados firman la declaración ‘Fin de la vida: ¡sí a la urgencia de la fraternidad!’
  • Proponen una mayor investigación en cuidados paliativos y acceso en todo el país

Cuidados paliativos

Ante las propuestas legislativas sobre el fin de la vida que están moviéndose en el país vecino, los 118 obispos de Francia han firmado un documento en el que alientan a la sociedad francesa a apostar por la fraternidad –’Fin de la vida: ¡sí a la urgencia de la fraternidad!’–, que permite la compasión hacia “nuestros hermanos y hermanas en el final de la vida con el fin con mayor paz posible”. En el documento comparten seis grandes razones éticas para oponerse a la legalización del suicidio asistido y la eutanasia.

Los prelados franceses son conscientes de que “cualesquiera que sean nuestras convicciones, el fin de la vida es un tiempo que todos viviremos y una preocupación que compartimos”. Y proponen que “todo el mundo sea capaz de pensar en ello con la mayor calma posible, evitando los escollos de las pasiones y las presiones”.

Preocupación por los que sufren

La jerarquía católica francesa se pregunta ante el que sufre: “¿Qué humanidad, qué atención, qué solicitud mostraremos hacia los que viven entre nosotros?”, mientras agradecen el trabajo de los profesionales sanitarios “que les proporcionan una calidad de vida gracias a su competencia técnica y a su humanidad”. Y continúan: “Gracias a ellos y al esfuerzo por desplegar esta atención, muchos de nuestros conciudadanos están viviendo su final de vida en paz”.

Comentan sobre los cuidados paliativos que “no están suficientemente desarrollados y no se conocen suficientemente las posibilidades de aliviar el sufrimiento en todas su formas”. De este modo piden mayor formación e investigación: “La emergencia consiste en continuar el desarrollo de los cuidado paliativos para que cualquier persona que los necesita pueda tenr acceso a ellos dondequiera que viva”. Ya que denuncian “la disparidad en el acceso a los cuidado paliativos”.

Con la intención de ofrecer argumentos contra el suicidio asistido y la eutanasia, los obispos franceses se preguntan si no se contradice el estado que proclama la fraternidad, que lucha contra el suicidio “mientras promueve el suicidio asistido”. Continúan preguntándose si la señal que se envía no podría ser mal interpretada por los que se preguntan si no son una carga para sus seres queridos.

Para concluir hacen un llamamiento tanto a la sociedad francesa como a los parlamentarios para que “den un salto de conciencia para que en Francia pueda construirse una sociedad fraterna en la que nos cuidamos unos a otros, individual y colectivamente”, con el ofrecimiento del relato del ‘Buen Samaritano’, quien ejerce la solidaridad frente al gasto que supone su cuidado.

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