“¿Qué haría Cristo en mi lugar?”

Con este lema la Iglesia en Chile prepara un Congreso Eucarístico Nacional con actividades en cada diócesis a cargo de equipos locales articulados desde la Conferencia Episcopal.

Un Congreso Eucarístico Nacional está a punto de ser convocado por todos los obispos chilenos. Se propone ser el eje estructurante, el ‘hilo conductor’, desde una mirada integradora cuyo centro sea la Eucaristía, para toda la vida y el quehacer de la Iglesia en Chile durante el año 2018. Así lo expresó recientemente el arzobispo de La Serena, René Rebolledo, al portal web del Episcopado, www.iglesia.cl, precisando como objetivo “fortalecer, a través de la Eucaristía, la experiencia de encuentro con Cristo, con la Iglesia, con el prójimo, con el mundo y con nosotros mismos”. “Encontrarnos, agregó Rebolledo, como Iglesia que peregrina en Chile, en torno a la celebración de la Eucaristía, buscando que sea la fuente y cumbre de toda nuestra vida cristiana”. Y en esa dinámica, acoger también las enseñanzas que dejó el Papa Francisco en su visita al país en enero pasado.

Rebolledo preside la comisión nacional que prepara el Congreso, integrada además por Ignacio Ducasse, arzobispo de Antofagasta, y Felipe Bacarreza, obispo de Los Ángeles. Ellos, con un equipo de laicos y consagrados, preparan este Congreso desde el año pasado, una vez que fue aprobado por la Asamblea Plenaria después de haber presentado la idea al Papa en la visita ad limina, en febrero del 2017, cuando recibió un entusiasta impulso de parte de Francisco.

La propuesta es que mantenga una doble dimensión: nacional y diocesano. Orientaciones comunes para todo el país y simultaneidad en su realización le darán el carácter nacional a las actividades realizadas en cada diócesis. Por ello su convocatoria tendrá lugar en la Misa Crismal de esta próxima Semana Santa hecha por el obispo en cada diócesis.

Prolongar la visita del Papa Francisco

De este modo la iglesia en Chile estará cumpliendo lo dicho por el obispo presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva, al Papa Francisco, en el encuentro que tuvo con todos los obispos, en enero pasado: “nos hemos propuesto prolongar su visita a nuestro país y su mensaje con un Congreso o Año Eucarístico Nacional que se vivirá, en cada iglesia particular, a partir de marzo hasta noviembre de este año”.

Cada diócesis ha designado su encargado quienes participan activamente, a través de videoconferencias, en la organización de las actividades programadas y en la elaboración de material de trabajo. En varias diócesis ya se han constituido comisiones especiales. Un fruto de estas actividades ha sido la difusión a comienzos de marzo de la oración del Congreso, inspirada en la ‘contraseña’ que el Papa dejó a los jóvenes en su encuentro con ellos en el Santuario de Maipú, la frase de san Alberto Hurtado: “¿qué haría Cristo en mi lugar?” y que es el lema del Congreso.

Ese lema se grafica en el afiche cuya imagen es descrita por el arzobispo Rebolledo: “manos de Cristo resucitado partiendo el pan; las llagas identifican a Cristo crucificado, ahora vivo y fuente de vida para todos. El pan manifiesta la Eucaristía e igualmente la acción solidaria de alimentar a quien lo necesita”. Con esta imagen señala el arzobispo, se expresa lo que Cristo hace por nosotros: da su vida para que todos podamos tener vida por Él. Y precisa: “es una respuesta concreta a la pregunta del lema”. “Se mantiene, agrega, la cruz presente en el logo de la reciente visita del Santo Padre Francisco a nuestro país porque procuraremos profundizar en la enseñanza que él nos legara”.

La Comisión Nacional ha informado que el Congreso Eucarístico tendrá 4 momentos: “El encuentro con Cristo”, desde Semana Santa hasta la festividad de Corpus Christi; “Cristo sale al encuentro de todos y nosotros con Él”, hasta el día de San Alberto Hurtado (agosto); “Cristo transforma nuestra vida”, hasta el día de San Francisco de Asís (octubre). El último momento “Una nueva creación en Cristo”, finaliza el domingo 11 de noviembre, para dar paso a los actos de culminación, en cada diócesis y a nivel nacional, coincidentes con la Asamblea Plenaria de Obispos.
 

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