José María Arnaiz: “Una visita no termina cuando el Papa se va, sino que debe seguir”

  • El marianista publica ‘Queridos chilenos y queridas chilenas’, con los discursos de la visita de Bergoglio
  • “No sé lo que está haciendo Chile por acoger el mensaje del Papa, y me gustaría saberlo”

El responsable de Vida Religiosa de los marianistas en la región de Chile, José María Arnaiz, publica ‘Queridos chilenos y queridas chilenas’ (San Pablo), con lo que ya muestra el estilo literario asumido: es el Papa quien habla. Dice lo que vio y oyó, lo que le dijeron, lo que habló y lo que hizo transmitiendo lo que tenía como proyecto para su visita a Chile cuando Arnaiz estuvo con él, en noviembre pasado.

“Es un recurso literario –explica Arnaiz–, que puede despertar más interés, como dice en el prólogo el obispo de Rancagua, Alejandro Goic. Pongo en boca del Papa sus palabras aquí por el afecto que él, así lo creo, nos tiene y eso quedó manifiesto en la visita. También lo hice así porque me parece que una visita no termina cuando el Papa se va, sino que debe seguir. Este libro es mi aporte, incluso con esos temas para talleres de trabajo sobre los conceptos principales que él nos entregó”.

En conversación con Vida Nueva, Arnaiz se refiere a su diálogo con Francisco: “Lo que más le preocupaba es ver una Iglesia en crisis con signos claros como son una fe marcada por la secularización y una vida cristiana reducida a la práctica religiosa (sacramentos, asistencia a eucaristías). Además, las últimas encuestas hablan de una baja de los católicos al 60%. El Papa con todos esos datos veía que había que proceder. Se agrega la baja de confianza en la Iglesia, en sus pastores y consagrados. Sin duda, influye también el tema de los abusos hechos por obispos, sacerdotes y religiosos”. Según Arnaiz, el Papa se daba cuenta de que en la Iglesia chilena no hay conciencia de esa crisis.

PREGUNTA.- ¿Cuál es su evaluación de la visita del Papa?
RESPUESTA.-
Como algo muy positivo. Cuando uno toma los documentos y los actos es muy positiva. Así la he leído y eso es lo que pongo en el libro: el Papa nos señala una etapa nueva que debemos empezar a vivir. Hay que leer el total de sus discursos e integrarlos. Por supuesto estaba en él la preocupación por un país con mejores condiciones económicas, con estabilidad política y capacidad de crecimiento, también con una inyección negativa de neoliberalismo que marca la convivencia y el país vive y sufre.

P.- ¿Qué está haciendo la Iglesia chilena para acoger el mensaje del Papa?
R.-
Aún no sé lo que se esté haciendo y me gustaría saberlo. Es clave que se organice para ver cómo proceder de cara al futuro de esta Iglesia que necesita jóvenes activos y consagrados con otra orientación. Se necesita actuar con mucha inteligencia y mucha capacidad de reforma, siguiendo los mensajes del Papa. Se necesita cambiar personas que abran caminos en la nueva alternativa de Iglesia.

P.- Se ha difundido recién una información que habla del cardenal Errázuriz señalando al obispo Barros con un protagonismo que opaca al Papa, ¿qué piensa de eso?
R.-
Creo que tiene toda la razón, pero eso no toca el corazón de la visita. Periodistas con los que hablé me señalaron lo inoportuno y desenfocado de periodistas que ponían todo su énfasis en el tema Barros. Comparto con el cardenal que la Conferencia Episcopal y la comisión preparatoria tienen responsabilidad en eso por no haberlo previsto y tomado medidas precautorias. La visita fue mucho más profunda que estos aspectos. He podido obtener 10 temas de los contenidos de la visita que he puesto en el libro como talleres para la reflexión personal y grupal. Hay una propuesta de Iglesia y país. Hay que identificar y reconocer a los nuevos protagonistas de esta etapa que iniciamos.

P.- A su regreso a Roma el Papa envía al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, a escuchar a quienes denuncian al obispo Barros. ¿Cómo se explica esto?
R.-
Da la impresión que necesitamos que alguien venga de afuera para ayudarnos a saber lo que pasa adentro de la Iglesia de Chile. Creo que el Papa se ha llevado la impresión de que hay algo serio que hacer, más allá del caso Barros. Por eso envía a alguien que pueda tener contactos directos y entrevistas con más personas de las que el Papa pudo tener en su visita: necesitaba recoger información de primera fuente. Insisto: la visita de Francisco a Chile es mucho más que el caso Barros. Mi libro quiere ser un aporte para esta nueva etapa que se ha abierto con esa visita y que nos debe ayudar a superar la actual crisis.

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