El C-9 estudia la creación de tribunales locales para atender a las víctimas de abusos

Tribunales contra la pedofilia. Es la propuesta del cardenal Sean O’malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección del Menor, para luchar en toda la geografía contra los abusos. El Consejo de Cardenales –conocido como C9–, que asesora al Papa en la reforma de la Curia y el gobierno de la Iglesia, trabaja desde ayer, 26 de febrero, y hasta mañana en este planteamiento del purpurado estadounidense.

Según el planteamiento de O’Malley, estos tribunales distribuidos por varias áreas del mundo estarían bajo el auspicio de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La idea es descentralizar desde el punto de vista técnico el manejo de los casos por parte del dicasterio vaticano, puesto que hay actualmente 1.800 casos de abusos pendiente, por lo que esta medida agilizaría las respuestas, ya que la congregación está sobrecargada de trabajo. A esto se agrega la complejidad de tratar casos en países con legislaciones y culturas que a veces son muy diferentes entre sí, según relata en Vatican Insider el vaticanista Andrea Tornielli.

En otro orden de asuntos, los cardenales escucharon el testimonio del arzobispo polaco Jan Romeo Pawlowski, que lleva algunos meses dirigiendo la recién creada tercera sección de la Secretaría de Estado, dedicada de manera especial al personal de las misiones diplomáticas. Los asesores del Papa también hablaron sobre la posible reforma de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Esta nació en 1622 en una Europa cristiana que quería dedicarse a las tierras de misiones en África y Asia. Pero ahora que Europa está secularizada, ¿por qué África es una tierra de misión y Holanda y Francia no?

Contraprograma del Encuentro Mundial de las Familias

Una conferencia para promover la enseñanza constante e invariable de la Iglesia Católica sobre el matrimonio y la vida familiar. Así vende el Instituto Lumen Fidei –una asociación laical irlandesa– su evento ‘Una Conferencia de Familias Católicas’, que utilizará la encíclica ‘Casti connubii’ –1930– (‘Matrimonio casto’), de Pío XI, como punto de partida. Este es el contraprograma del Encuentro Mundial de las Familias de Dublín, que se celebrará del 21 al 26 de agosto, con la previsible presencia del papa Francisco.

Esta es la forma que tiene este grupo de atacar a los obispos irlandeses, pues haciendo gala del nuevo paradigma que el Papa dibuja para la Iglesia en materia familiar con la exhortación postsinodal ‘Amoris laetitia’, han invitado a unirse a todas las parejas, incluyendo las del mismo sexo, porque “Francisco nos alienta a no excluir nunca sino acompañar a estas parejas también, con amor, cuidado y apoyo”. De hecho, esto lo explicaron en un folleto, que posteriormente retiraron por las presiones conservadoras.

Sin embargo, en un vídeo hecho público la semana pasada por la Conferencia Episcopal Irlandesa, se daba voz a una activista LGTBI que dijo estar “molesta” con la enseñanza católica sobre la homosexualidad, según informó LifeSiteNews. El mismo vídeo contiene una entrevista con una mujer que se declara lesbiana. Pues, como ha declarado el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin –encargado de supervisar el Encuentro–, tras la retirada del polémico folleto, se trata de “un evento inclusivo, abierto a todas las familias”.

Dos muertos en Congo por protestar “contra la dictadura”

Los obispos de República Democrática del Congo denuncian que un joven católico fue asesinado a quemarropa y que otro fue asesinado a tiros cuando intentaban regresar a casa después de las protestas contra el Gobierno de Joseph Kabila. En las marchas pacíficas del pasado 25 de febrero, organizadas por el Comité de Coordinación Laical de la Iglesia, la policía utilizó gases lacrimógenos y pistolas.

Se trata del tercer enfrentamiento en los últimos dos meses después de las Misas del domingo. Así, entre el 31 de diciembre y el 21 de enero 15 personas perdieron la vida, 70 fueron heridas y 115 arrestadas, incluyendo una docena de clérigos, según datos aportados por la propia Iglesia y la ONU. “Los defensores de los derechos humanos denuncian la brutalidad mostrada por la policía al dispersar a estos manifestantes pacíficos”, dijeron los obispos en una declaración hecha pública ayer, 26 de febrero. Sin embargo, “si creemos en el comisionado de policía de la ciudad de Kinshasa, no se produjeron tales deslices”, comentan. Y es que, según la policía, no hay muertos.

Más de 3 millones de manifestantes se congregaron en todo el país para exigir una vez más la renuncia de Kabila. Este, en su particular guerra contra la Iglesia, acusó a los obispos de “activismo político partidista” e “incitar a la población a rebelarse”, según recoge Catholic News Service.

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