Abrazo entre argentinos y chilenos en la frontera

La Diócesis de Comodoro Rivadavia y el Vicariato Apostólico de Aysén renuevan su compromiso por la paz desde hace más de 30 años

El paso fronterizo Lago Castor une Coyhaique y Comodoro Rivadavia. En el límite entre ambos países, en un terreno particular del lado argentino a metros de la frontera, está la capilla El Triana. Para estas ocasiones el lugar se abre a quienes llegan. No hay población, sólo Gendarmería Argentina y Carabineros de Chile.

Al igual que en los últimos 33 años, el último domingo de enero llegan hasta allí católicos de ambos países a rezar por la paz en una eucaristía habitualmente presidida por ambos obispos. Este año, el obispo vicario apostólico de Aysén, Luigi Infanti, con el párroco de Río Mayo, padre José María, y el vicario pastoral del vicariato de Aysén, César Leiva, presidieron la eucaristía con las decenas de familias que llegaron para adherir a este compromiso por la paz.

El obispo Infanti, en su homilía instó a los presentes a “ser constructores y artesanos de la Paz desde estas tierras de la Patagonia para formar lazos de unidad entre ambas fronteras, que más que dividir se unen para sentirse hermanados por un fin común, que es la Paz”.

Un signo imborrable: la frontera

Consultado por Vida Nueva, el obispo Infanti recordó que esta capilla ya existía en tiempos del conflicto entre Chile y Argentina motivando a soldados de ambos países, “apostados allí para la guerra, a rezar por la paz”. “Una vez firmado el Tratado de Paz, agrega Infanti, con la mediación del Vaticano (a través del Cardenal Samoré), se inició esta tradición de reunirse allí a rezar por la paz”.

Un centenar de personas suelen llegar, algunos desde Comodoro, distante 450 kilómetros, y muchos desde localidades más cercanas.

El obispo Infanti recuerda que hubo gran asistencia de participantes, unas 300 personas, incluso autoridades de ambos países, con ocasión del 30° aniversario de la firma del Tratado de Paz entre ambos países. “Ya es una tradición y hay fervor y participación, expresa. Deja como fruto el compromiso de construir la paz en el día a día, fortalecer la fraternidad e integración entre los pueblos y localidades fronterizas. Se puede decir que hay un lema subyacente: la frontera, puerta abierta hacia la paz”.

El reciente encuentro concluyó con un encuentro de camaradería en la sede de Gendarmería.

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