Los obispos piden acabar con los prejuicios hacia quienes no son de la misma confesión

  • La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que comienza hoy, es una ocasión para visibilizar “lo mucho que compartimos en la fe”, dicen en un mensaje
  • “Los cristianos hemos de afrontar juntos el reto de una sociedad que se aleja de la fe”, pide la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales

Ceremonia ecuménica en Valladolid en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en enero de 2016

Romper un confesionalismo lleno de prejuicios que desconfía de los que no pertenecen a la propia confesión. Esa es la petición que los obispos hacen en su mensaje para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que, bajo el lema Fue tu diestra quien lo hizo, Señor, resplandeciente de poder (Éx 15, 6), se celebra del 18 al 25 de enero.

“Los pueblos esclavizados solo llegan a la libertad rompiendo las cadenas de la esclavitud, y los cristianos desunidos solo alcanzaremos la meta de la unidad rompiendo las ataduras que nos mantienen esclavos de un confesionalismo lleno a veces de prejuicios, cerrado y excluyente, que desconfía de los que no pertenecen a la propia confesión, que niega identidad cristiana a los bautizados de otras confesiones cristianas”, se lee en el mensaje hecho público por la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales.

El escrito subraya que también las Iglesias y comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica “tienen con nosotros elementos de comunión que nos permiten reconocerlos como verdaderos cristianos y discípulos con nosotros del único Señor”, aun cuando disentimos de los protestantes “en la interpretación de la verdad revelada”.

Más en común que discrepancias

En este sentido, y a la luz de la reciente celebración de los 500 años de la Reforma protestante, los obispos señalan que “hemos conmemorado juntos esta fecha histórica y hemos hecho evaluación de cuánto camino hemos recorrido juntos hacia la meta de la unidad, al mismo tiempo que tenemos clara conciencia de cuánto nos falta”.

Con todo, aseguran los prelados de la citada comisión que “estamos convencidos de que tenemos mucho más en común con nuestros hermanos de las Iglesias y Comunidades de la Reforma que discrepancias que nos separan”. Así, enumeran “su amor a las Sagradas Escrituras, el común bautismo que nos configura con Cristo y el bien espiritual que se deriva de poseer la eucaristía”, aunque reconozcan que “aún no hemos alcanzado un pleno acuerdo sobre el misterio eucarístico”.

También destacan, en la línea que el Vaticano II proponía, que “lo mucho que hemos avanzado en el diálogo y el acercamiento con nuestros hermanos anglicanos y luteranos ha sido muy grande. Es sabido que, por lo que se refiere a los cristianos orientales ortodoxos, nuestra comunión en los sacramentos es plena y podemos reconocernos como Iglesias hermanas, aunque todavía hemos de llegar a la plena comunión en la manera de comprender la Iglesia universal y el primado del sucesor de Pedro, como servidor de la comunión universal de la Iglesia”.

Testigos en una sociedad que se aleja de la fe

Por todo ello, ven en esta Semana de Oración por la Unidad, una “ocasión propicia para que conozcamos mejor el diálogo de la Iglesia católica con las Iglesias y Comunidades eclesiales”, con la finalidad de “conocernos mejor”, dado que “los cristianos hemos de afrontar juntos el reto de una sociedad que, siendo cristiana en sus orígenes, se aleja de la tradición cristiana de fe”.

Por último, los obispos recuerdan que el Octavario “es asimismo ocasión de manifestar en algunos actos de oración que podemos hacer juntos, lo mucho que compartimos en la fe”. Así, añaden, “iremos rompiendo unas cadenas invisibles que nos mantienen en tantas ocasiones esclavos de prejuicios y sin voluntad para poner de nuestra parte lo que Dios nos pide: un corazón arrepentido de nuestras faltas y pecados”.

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