Los jóvenes que hacen lío en Chile

  • Jovita Morán Natal, religiosa española que lleva desde 1983 en el país, acompaña al grupo ‘Viajeros por un sueño’
  • Una veintena de chicos de todo Chile se citan tres veces al año para encarnar la misión en las regiones más necesitadas

Jóvenes en Chile

A unas horas de que el avión papal aterrice en Santiago de Chile, Vida Nueva contacta con la leonesa Jovita Morán Natal, carmelita de San José que dejó Astorga en 1983 para encarnarse en un país que ya considera suyo. Ante la inminente llegada de Francisco, esta religiosa que está a punto de cumplir los 75 años percibe que, “como pueblo de Dios, estamos todos muy ilusionados. Todo Chile viste sus casas con la bandera nacional dando la bienvenida al Papa”.

“Con cuantos me comunico –continúa–, insisten en que no debemos esperar para verlo solo como papa Francisco. Se trata de que dispongamos nuestro corazón para recibir su mensaje, venido de Jesús, para que cale hondo en nosotros y sepamos lo que nos está pidiendo personalmente en lo más profundo de nosotros mismos. Como Iglesia, dejémonos llevar por la fuerza del Espíritu Santo y actuemos con gozo”.

La fuerza de este sentimiento la experimenta la religiosa en un grupo de 20 jóvenes que acompaña desde hace cinco años y que han bautizado como Viajeros por un sueño. Estarán en las principales ceremonias del Pontífice en Santiago, desafiando todas las posibles molestias: “Algunos vienen de hasta 500 kilómetros de la capital, y otros desde 300. Además, ya saben que deberán estar seis horas antes de que empiecen los actos principales… Pero nada de eso les importa. No miran por el cansancio y solo me transmiten una ilusión desbordada. Realmente, quieren recibir el mensaje de Francisco, interiorizarlo y, finalmente, motivar con él a otros jóvenes de sus ámbitos”.

El grupo surgió “cuando varios jóvenes contactaron con nosotras porque querían conocernos como congregación. Esa relación se fue extendiendo entre miembros de diferentes parroquias y comunidades y, pese a las distancias que nos separan, hoy somos un grupo muy unido y comprometido. De hecho, tres de los integrantes están en nuestro postulantado”.

Cortinas de telas de araña

Durante el curso, relata Jovita, la veintena de integrantes de Viajeros por un sueño organizan unos tres tiempos de misión diferentes en las “zonas más populares y necesitadas del país”. El año pasado, por ejemplo, estuvieron en la región de San Roque. “Lo primero que nos encontramos –relata Jovita, que estaba al frente del grupo– fue una capillita abandonada cuyas cortinas eran unas grandes telas de araña. Tras limpiarlo todo, empezamos a recorrer las aldeas, acudiendo a cada casa, simplemente para presentarnos”.

“El día a día en la misión –añade la religiosa leonesa– consiste en rezar tranquilamente un par de horas en la capilla, en salir a la misión por parejas al encuentro de niños, jóvenes y adultos y, por la noche, en una dinámica de compartir la experiencia. Todo ello dirigido por los chicos, siendo yo un simple apoyo”.

Ahora, cuando todos ellos están a punto de cumplir el sueño de encontrarse con el Papa, Jovita (que también tendrá la oportunidad de saludar a Francisco) se emociona “hasta el punto de que se me ponen los pelos de punta. Los conozco y son unos chicos muy especiales. Se lo merecen”. Son los jóvenes que, siguiendo la llamada de Francisco, ya están haciendo lío en Chile.

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