Francisco: “Si hubiera dicho rohingya, habría sido como dar un portazo a mis interlocutores”

  • En el vuelo de vuelta de Myanmar y Bangladesh, el Papa participa en la habitual rueda de prensa con los periodistas que le acompañan
  • Ha lamentado la proliferación de armas nucleares, a raíz de las últimas pruebas norcoreanas
  • Sobre las negociaciones para un futuro viaje apostólico a China: “¡Me encantaría ir!”

Durante el largo vuelo entre Dacca y Roma, Francisco se ha encontrado, como es costumbre, con los periodistas que viajaban en su avión para responder a las preguntas que pudieran tener acerca del viaje a Myanmar y Bangladesh.

Llorando con los rohingya

Las preguntas han girado, como era de esperar, en torno a la polémica de los rohingyás y el uso de su nombre por parte del Papa. Francisco ha recordado que ha utilizado este término en varias ocasiones en público, y si no lo ha hecho en Myanmar es porque “si en el discurso oficial hubiera dicho esa palabra, hubiera sido como dar un portazo frente a mis interlocutores”.

Considera que lo importante es que el mensaje llegue, y al hablar de minorías étnicas y sus derechos “podía ir más allá” que nombrando a los rohingyás. “Lo importante es que llegue el mensaje, y si levantamos quejas entonces no llega” ha insistido.

Además ha señalado que la reunión con una representación de este pueblo perseguido era una condición para el viaje, y ha admitido que cuando llegó el momento del encuentro “inmediatamente querían sacarlos de la escena y me enojé y regañé un poco (…) dije muchas veces: ¡respeto! Y se quedaron allí”.

Del mismo modo, ha reconocido la espontaneidad de sus disculpas al encontrarse con ellos, y cómo procuró contener su emoción: “Comencé a hablar, pedí perdón. En ese momento yo estaba llorando, traté de que no me vieran. Estaban llorando también. El mensaje ha llegado, todos lo han recibido”.

Agradecimiento a Bangladesh

Además, ha reiterado su alabanza a la actuación del gobierno de Bangladesh en esta crisis y su ayuda para conseguir el encuentro entre el Pontífice y los rohingyá, así como su trato a los últimos “lo que Bangladesh hace por ellos es grandioso, es un ejemplo de bienvenida. Un país pequeño y pobre que ha recibido 700 mil personas … ¡Pienso en los países que cierran sus puertas! Debemos estar agradecidos por el ejemplo que nos dieron”.



Al ser preguntado por el estado actual de la crisis, Francisco ha lamentado que se encuentre en un punto crítico “Creo que estamos en un punto en el que no será fácil avanzar de forma constructiva igual que no será fácil volver para muchos. (…) La ONU dijo que los rohingya son hoy la minoría étnico-religiosa más perseguida en el mundo. Pero no pierdo la esperanza”.

También ha dado su opinión respecto a la pequeña facción rohingyá que se ha unido al ISIS, de los que ha dicho que “aunque son rohingyás, son fundamentalistas (…) ha habido terroristas que han intentado aprovecharse de los rohingyás, que son hombres de paz. (…) Yo no elegí hablar con estas personas sino con las víctimas, que sufrieron discriminación por un lado y fueron defendidos por terroristas” y ha recordado que “hay fundamentalistas en todas las religiones, los católicos también los tenemos”.

Myanmar, “un país complicado”

Cuando se le ha recordado que la ministra de Myanmar Suu Kyi evita hablar de los rohingyás y fue criticada por no ir a Rakhine (aunque finalmente acudió), Francisco ha señalado que es un país complicado”. En un país que está en una época de transición política, hay que preguntarse ¿es posible hacer esto o lo otro? La situación de la nación dificulta las cosas.”

También ha reconocido que en su reunión con el general Hlaing de Myanmar (que muchos medios han considerado un intento de manipulación por parte del militar) “no negocié la verdad, pero me aseguré de que entendiera que un camino horrible como el de tiempos pasados hoy no es posible (…) Con él usé las palabras necesarias para llegar al mensaje, y cuando vi que lo aceptaba, me atreví a decirle todo lo que quería decirle”.

¿Evangelización o diálogo de paz?

Un periodista le ha preguntado qué es más importante, si evangelizar o dialogar por la paz, ya que según ha dicho “la evangelización es provocar conversiones, que causan tensión entre creyentes”. Lo primero de todo, el Pontífice le ha corregido “evangelizar no es hacer proselitismo, como dice Benedicto XVI la Iglesia crece por testimonio. La evangelización es vivir el Evangelio y ser testigos de la fe, y en este testimonio el Espíritu Santo trabaja y hay conversiones.”

Para ilustrar esto, ha narrado una anécdota que le acaeció en la JMJ de Cracovia, donde un joven le preguntó qué debía decirle a un compañero ateo suyo para convertirle. Francisco respondió “lo último que tienes que hacer es decir algo. Vive el Evangelio y si te pregunta por qué lo haces entonces se lo explicas y dejas que el Espíritu Santo le atraiga. (…) cuando se vive con testimonio y respeto se hace la paz. Pero cuando comienza el proselitismo, la paz se rompe”.

Sobre las armas nucleares

A pesar de haber pedido que solamente se hicieran preguntas sobre el viaje, el Papa ha respondido a una pregunta sobre del cambio de opinión del Vaticano acerca de las armas nucleares, ya que san Juan Pablo II dijo en su día que la disuasión nuclear podía ser moralmente aceptable: “Han pasado muchos años desde entonces (1982) y se ha ido más allá. Ahora estamos en el límite de la legalidad de tener y usar estas armas, porque hoy, con el arsenal nuclear tan sofisticado, corremos el riesgo de la destrucción de la humanidad. Hay armas capaces de destruir a las personas sin dañar las estructuras. Hemos tocado el límite de la legalidad” ha sentenciado.

Próximos viajes

Finalmente Francisco ha manifestado su deseo de viajar a la India, y ha explicado que el plan inicial era que este viaje fuera a la India y a Bangladesh, pero el primero es un país muy grande y necesitaría recorrer las distintas regiones en un viaje apostólico solamente allí, algo que está preparando y, como ha dicho “espero realizar en 2018”.

También ha señalado que le gustaría viajar a China: “Me encantaría visitar China, no es algo que oculte, pero tranquilos, no es un viaje que esté preparando aún (…) Además debe haber un diálogo político sobre todo con la Iglesia de allí, debemos andar paso a paso, con paciencia. Las puertas del corazón están abiertas y creo que haría bien a todos un viaje a China. Sí, ¡me gustaría ir!”.

De esta forma, Francisco ha concluido su viaje apostólico a Myanmar y Bangladesh, el vigésimo primero que ha realizado fuera de Italia en menos de cinco años de pontificado.

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