El obispo de Venice exige debate serio sobre la venta y uso de armas de fuego en EE.UU.

  • Frank Dewane recuerda que la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos continúa instando a una prohibición total de las armas de asalto

Tras los recientes ataques con armas de fuego en Las Vegas, Nevada, y en la Iglesia Bautista de Southerland Springs, Texas, que provocaron la muerte de más de 80 personas y cientos de heridos, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB), a través de su Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano ha exigido un verdadero debate sobre la violencia armada en ese país.

El Obispo Frank Dewane, de la Diócesis de Venice, Florida, y presidente de dicho comité, recordó que no sólo en esta ocasión, sino durante muchos años, los obispos estadounidenses han exhortado a los líderes nacionales a explorar y adoptar políticas razonables para ayudar a frenar la violencia armada.

Dijo que, una vez más, los recientes e impactantes hechos en Las Vegas y en Southerland Springs evidencian cuánto daño se puede causar cuando las armas, particularmente las diseñadas para infligir niveles extremos de derramamiento de sangre, encuentran fácilmente su camino en manos de quienes desean usarlas para dañar a otros.

Dewane dejó en claro que la violencia en la sociedad norteamericana no se resolverá con una sola legislación, pues muchos son los factores que han contribuido a la situación que viven los Estados Unidos. “Aun así –consideró– nuestros líderes deben participar en un debate real sobre las medidas necesarias para salvar vidas y hacer que nuestras comunidades sean más seguras”.

Prohibición total

Tras señalar que la USCCB continúa instando a una prohibición total de las armas de asalto, el obispo de Venice explicó que la Iglesia en la Unión Americana se ha pronunciado también por otro tipo de medidas que controlen la venta y el uso de armas de fuego, como las verificaciones universales de antecedentes para todas las compras de armas, así como limitaciones a la sociedad civil para acceder a armas de gran capacidad.

Los pastores también han exigido una ley federal para criminalizar el tráfico de armas, mejoras en el acceso a la atención de salud mental para aquellos que pueden ser propensos a la violencia, y regulaciones y limitaciones en la compra de pistolas, así como medidas que hagan que las armas sean más seguras, como cerraduras especiales que eviten que los niños o cualquier persona que no sea la propietaria usen la pistola sin permiso y supervisión.

Si bien el episcopado reconoce los avances que se han tenido en el combate a la violencia con armas, Dewane advirtió que algunas de éstas son cada vez más peligrosas, y capaces de causar fácilmente asesinatos en masa cuando se usan con un mal propósito. “La sociedad debe reconocer que el bien común requiere pasos razonables para limitar el acceso a tales armas de fuego por parte de aquellos que pretenden usarlas de esa manera”, finalizó

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