El resurgir del cristianismo en Rusia

  • Se estima que la comunidad católica rusa conforma alrededor de un 1% de la población
  • Alejandro Burgos, sacerdote español en San Petersburgo, cuenta las dificultades que puede suponer abrir una nueva parroquia católica

Durante las celebraciones por el centenario de las apariciones en Fátima a los tres niños pastores en Portugal, el arzobispo católico de Moscú, Paolo Pezzi, ha recordado la petición que la Virgen les hizo de que rezaran por que “los errores de Rusia no se diseminaran por el mundo”, lo cual el papa Benedicto XVI dijo que aludía al comunismo. La Virgen también prometió que Rusia se convertiría si se escuchaba su petición, algo de lo que el arzobispo Pezzi ha sido testigo durante su vida en Moscú, informa Catholic News Service.

Sin embargo, también afirma que “no deberíamos interpretar las palabras de Nuestra Señora de Fátima como un anticipo de la conversión de Rusia al catolicismo” ya que, por ahora, esta vuelta a la fe cristiana se limita a la Iglesia Ortodoxa, históricamente la mayoritaria en Rusia desde hace casi mil años, y que tras el comunismo ha resurgido exitosamente.

A pesar de esto, se estima que la comunidad católica rusa conforma alrededor de un 1% de la población, algo que Pezzi ve –hasta cierto punto– con buenos ojos, ya que piensa que “un católico ruso no puede basar su fe en las tradiciones de la mayoría o el apoyo del gobierno, por lo que podemos ser indefensos testigos de nuestra fe”, lo que opina es una oportunidad para una evangelización auténtica y sincera.

El testimonio del P. Alejandro Burgos

Parte del desafío del resurgir del catolicismo en Rusia es administrativo. El padre Alejandro Burgos, sacerdote español residente en San Petersburgo, reconoce las dificultades que puede suponer abrir una nueva parroquia católica. “A veces hay mucha presión. Sirvo en san Petersburgo, que es una ciudad con tradición de tolerancia, por lo que aquí es más sencillo que en otras regiones del país”. En su parroquia de San Juan Bautista en Pushkin, sienten especial veneración por la Virgen de Fátima, de la que tienen un icono de estilo ruso.

El padre Burgos ha presentado recientemente una solicitud al Gobierno para registrar su parroquia, algo que debería tardar unos tres meses, pero que, si la petición es denegada, no permitirá a su comunidad disfrutar de “libertad absoluta”. Sin embargo, se consuela sabiendo que en los siglos XIX y XX la situación era mucho peor.

Este sacerdote español pertenece a la Iglesia Bizantina Católica Rusa, que celebra la antigua liturgia bizantina –la utilizada por los ortodoxos– y que vive la fe de acuerdo con las tradiciones cristianas del Este. Defiende que “Utilizamos este rito porque pensamos que casi todo lo que hay en la tradición ortodoxa es muy bueno, y además es muy importante para los católicos de aquí que quieren celebrar la liturgia conforme a su tradición nacional”.

Sobre la Iglesia Católica Bizantina

Desde hace décadas, y especialmente desde la caída de la URSS y el resurgimiento de la Iglesia Católica del Este en Ucrania, los ortodoxos rusos han visto la existencia de las Iglesias Católicas orientales, que se han ido reconciliando con el papa durante los últimos cinco siglos, como un obstáculo para la unidad cristiana.

Aseguran que las iglesias del Este se entrometen en el “territorio canónico” de la Iglesia Ortodoxa y que su mera existencia es un intento de alcanzar la unidad haciendo añicos la comunidad ortodoxa.

El Vaticano coincide en que no hay un modelo perfecto de ecumenismo en Rusia, pero que las Iglesias Católicas orientales tienen derecho a existir y cuidar de sus fieles.

El padre Burgos es optimista al respecto: “Este año celebramos el centenario del Exarcado, así que creo que quizá el momento ha llegado” para que el Vaticano lo reestablezca oficialmente. No creo que nuestra pequeña Iglesia moleste a nadie, no necesitamos una gran catedral, solamente una pequeña capilla y un permiso oficial para dar a nuestros fieles la oportunidad de rezar y sentirse rusos a la vez.”

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