El miércoles 27 de septiembre se llevó a cabo en Bogotá una movilización con el objetivo de exigir el cierre del relleno sanitario Doña Juana y denunciar el impacto que tiene sobre la salud de los habitantes de sus inmediaciones.
La protesta, que reunió a cientos de personas, coincidió con los 20 años de una avalancha en el sitio como consecuencia del mal manejo de las basuras.
Desde temprano hubo concentraciones y cierre de vías frente a los portales del sistema integrado de transporte del sur de la ciudad, así como junto a las sedes de las principales universidades públicas de la capital.
A lo largo del día los manifestantes expresaron su rechazo al interés del Gobierno distrital de ampliar la vida útil del relleno sanitario hasta 2070, a pesar de que, en principio, la licencia ambiental que autoriza operaciones sobre el área vencerá en cinco años.
Vecinos del sector piden al Distrito soluciones al detrimento en su calidad de vida. La Alcaldía, que pone en duda las afectaciones a la salud denunciadas, contempla reubicar a los habitantes de los terrenos colindantes y ampliar el radio de operación.
Participantes de la movilización señalan que la protesta está siendo criminalizada y rechazan que, en lugar de atender la invitación a participar en mesas de concertación, el Distrito se haga presente de manera coercitiva con el Escuadrón Móvil Antidisturbios.
Los enfrentamientos entre la fuerza pública y algunos manifestantes dejaron al menos cinco heridos en el primer día de la protesta.
Semanas atrás se llevó a cabo una peregrinación ambiental por el sur de la ciudad para visibilizar los principales “dolores” de la naturaleza y su impacto sobre los más pobres. La actividad fue una antesala del paro iniciado el 27 de septiembre.
En vísperas de la llegada del Papa a Colombia, los organizadores apelaron al contenido de la encíclica Laudato sí sobre el cuidado de la Casa Común, en la cual Francisco llama la atención sobre la contaminación y el modo como ésta afecta cotidianamente a las personas.
Refiriéndose a la contaminación producida por toneladas de residuos, el obispo de Roma señala que “en muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura”. Y agrega: “tanto los residuos industriales como los productos químicos utilizados en las ciudades y en el agro pueden producir un efecto de bioacumulación en los organismos de los pobladores de zonas cercanas”. Ello coincide con los reclamos de los vecinos de Doña Juana.
“Muchas veces se toman medidas sólo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas”, plantea el Papa. Algo que han dicho, casi con las mismas palabras, los manifestantes de Asamblea sur y otras organizaciones.
(FOTO: cablenoticias.tv)
