El llamamiento del cardenal de Barcelona: “Debemos evitar la confrontación y la violencia”

  • Ante estos “momentos complejos en nuestro país”, Juan José Omella pide “cordura para nosotros y nuestros dirigentes”
  • Con motivo de la festividad de la Merced, el purpurado advierte: “No podemos ni debemos ser agoreros de calamidades”

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en una imagen de archivo/CNS

 

Barcelona celebra mañana la fiesta de su patrona, la Virgen de la Merced. Por este motivo, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, se ha puesto en manos de María para pedirle “cordura para nosotros y nuestros dirigentes, para las familias y los pastores de la Iglesia. Dios lo puede todo. Confiemos en su ayuda”.

En su carta dominical, Omella se ha solidarizado con la espiral de tensión que se vive en estos días en la ciudad. “Sé que estamos viviendo momentos complejos en nuestro país. No podemos ni debemos ser agoreros de calamidades”, señala el cardenal que insta a todos a ponerse manos a la obra: “Debemos trabajar todos para poner ternura y misericordia a nuestro alrededor. Debemos evitar la confrontación, la violencia, el desprecio a los demás”.

Por las familias rotas

Amén de la lectura ante el contexto político, el cardenal se detiene también en las heridas de un mundo “necesitado de misericordia, de comprensión y de ternura”, centrándose en los niños y jóvenes “con mucha agresividad en su interior”. En este sentido, el arzobispo de Barcelona expresa su preocupación por las rupturas familiares y otras decisiones que “llegan a abrir duras heridas, difíciles de cerrar y de cicatrizar

Por otro lado, Omella también recuerda que el próximo año los mercedarios cumplirán su 800 aniversario, una ordenanacida precisamente en Barcelona de la mano de Pedro Nolasco, lo que le lleva a invitar a rezar por las personas privadas de libertad.

“Cuando los mercedarios rescataban a los esclavos les mostraban la ternura de una comunidad, de unas familias que los acogían y ese amor les daba esperanza”, recuerda para invitar a dejarse llevar por la esperanza y la confianza en Dios y en los hermanos: “ A veces se oyen voces que nos llevan a desconfiar de todos, a encasillar a todos y a no creer que puedan cambiar y ser mejores. Dios siempre confía en el ser humano. Confía en cada uno de nosotros y espera siempre nuestra conversión a Él”.

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