Enrique Chimonja Coy, defensor de derechos humanos del año

El integrante de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz desarrolla su labor en Buenaventura

Enrique Chimonja Coy, miembro de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, fue premiado ayer en la Universidad Javeriana de Bogotá como defensor de derechos humanos del año, en la sexta versión del galardón otorgado por Diakonía y la Iglesia Sueca.

Según los organizadores de la actividad, quienes defienden los derechos humanos en Colombia le apuestan a una sociedad inclusiva, capaz de reconocer la diversidad y el derecho de los pueblo a permanecer y fructificar en sus territorios. “A pesar del miedo, las amenazas y las agresiones, la esperanza de realizar los sueños mantiene a los líderes en Colombia”, agregan. El premio es una forma de protegerles, acompañarles, reconocerles y reivindicar su labor.

Hijo de un integrante de la Unión Patriótica desaparecido hace 34 años, Enrique desarrolla su labor en Valle del Cauca, donde acompaña a comunidades violentadas en sus derechos. Como fue presentado instantes antes de que se le otorgara el galardón, frente a un auditorio abarrotado, “desde la creación de los espacios humanitarios en el sector de Puente, Buenaventura, Enrique documenta y denuncia los hostigamientos a la población civil, así como la presencia y acción de grupos armados; lidera procesos contra el despojo de tierras y lucha contra la impunidad, buscando el otorgamieno de medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para proteger a comunidades afro e indígenas”.

“Me inspira ese anhelo”

En conversación con Vida Nueva, el defensor de derechos humanos del año habló de aquello que inspira su trabajo. “Yo soy campesino, del sur del departamento del Huila; la tierra para el campesino, el indígena, el afrodescendiente es el asiento donde uno puede construirse y desarrollar un proyecto de vida; me inspira ese anhelo de que todos podamos tener condiciones dignas de vida; y de que las familias de las más de 70.000 personas dadas por desaparecidas en Colombia podamos seguir dignificando su memoria y encontrarlas; eso me anima a seguir, para que genocidios como el de la Unión Patriótica no se repitan y podamos gozar de un país con una democracia que garantice derechos para todos”.

(FOTO: PBI)

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