Sucedió el pasado viernes 8 de septiembre en Solsona, al terminar la misa mayor de las fiestas de la localidad. El obispo Xavier Novell se dirigió a la consejera de Gobernación, Mertixell Borràs, y al alcalde, David Rodríguez, que asistían en primera fila a la eucaristía. En público, el prelado se refirió a los acontecimientos vividos en el Parlament de Cataluña en la última semana, esto es, la convocatoria del referéndum de autodeterminación para el 1 de octubre y la aprobación de la conocida como ley de desconexión.
“Han hecho algo dignísimo, porque es de justicia que este pueblo pueda decidir por su futuro. Es un derecho que ninguna ley y ningún Gobierno nunca puede arrebatar”, aseveró Novell ante los dos políticos.
Ante una catedral repleta, el obispo respaldó las acciones del Ejecutivo catalán cuando sus decisiones políticas habían sido declaradas ilegales por el Tribunal Constitucional. Así, Novell aseguró que “ustedes han dado la cara para que esto sea posible y esto merece mi respeto”. Novell expresó además públicamente su apoyo a Carles Puigdemont: “Especialmente el presidente merece mi respeto. Él es el que al final asume más gravemente todas las consecuencias, me tiene a su lado para lo que me necesite”.
Tras esta intervención, según recoge Nació Digital, el obispo fue correspondido con un aplauso por los presentes en el templo.
Al margen de la Tarraconense
No es la primera vez que Xavier Novell muestra el respaldo a los políticos independentistas. Sin embargo, sí se trata de la primera ocasión que trasciende que hace este tipo de manifestaciones en la catedral de Solsona, al finalizar una celebración.
Una vez más, se desmarca de la línea marcada por los obispos catalanes, que en el documento aprobado el pasado mes de mayo por la Conferencia Episcopal Tarraconense aseguraban que “con respeto por las diversas sensibilidades que se van expresando, pedimos que se fomente y promueva la cultura del diálogo”.
“Creemos humildemente que conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional, especialmente su lengua propia y su cultura”, señalaban, si bien dejaban claro que “siempre estaremos comprometidos en buscar la comunión y el respeto mutuo”.
La voz de cuatro obispos
El obispo de Solsona es el único de los prelados de la Tarraconense que se ha identificado con una opción política determinada en estos días. De las diez diócesis de Cataluña, tan solo cuatro obispos -Barcelona, Urgell, Girona y Sant Feliú- han hecho referencia a la situación política que vive el país en la última semana, reflejo de la prudencia con la que los obispos quieren abordar la encrucijada a la que se enfrentan los catalanes.
Es más, estos cuatro prelados se han ceñido a expresar sus reflexiones en sus cartas dominicales con un mismo tono: alejarse de todo posicionamiento partidista y limitándose a hacer un llamamiento a la serenidad y al diálogo.
Cardenal de Barcelona: “Por una convivencia en paz”
Así, el pasado sábado, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, durante la ordenación episcopal de sus dos auxiliares, invitó a los asistentes a “a rezar por nuestro pueblo, para que camine en un clima de concordia para hacer realidad una convivencia en paz”.
En la carta dominical con motivo de la Diada, que se celebra hoy lunes 11 de septiembre, aseveraba además que “la Iglesia quiere estar al servicio de este pueblo y ser, dentro de éste, fermento de justicia, fraternidad y comunión”.
Siempre acompañar
En el caso del arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives, se remite en su artículo ante la Diada al texto de la Tarraconense de mayo para reclamar “caminos de salida y de futuro a los debates y conflictos, con respeto por la dignidad de las personas y de los pueblos, sin que se ponga en peligro la convivencia pacífica”.
Desde esta máxima, Vives subraya que el deseo de los obispos catalanes “es y será siempre acompañar como pastores a todos los cristianos, de todas las sensibilidades”.
El obispo de Girona, Francesc Pardo i Artigas, en su escrito para felicitar a los católicos por la fiesta de la Diada, reivindica “un futuro con más libertad, justicia y fraternidad”, apelando a las raíces cristianas del pueblo catalán.
Además, Pardo hace un llamamiento para fomentar “el respeto por las opiniones lícitas de aquellos que piensan de forma diferente a la nuestra”. El obispo propone ir más allá de la tolerancia para promover la esperanza, la caridad, la verdad y el respeto: “Sin respeto la convivencia se marchita y se pierde el nudo de las relaciones”.
No a opciones específicas
Por otro lado, el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, ha elaborado dos artículos consecutivos en los que ha analizado los riesgos del clima actual de malestar político y la tentación de la instrumentalización. En ellos, Cortés llama a los feligreses a “cuidar la frágil flor de la democracia” y alerta de que “no puede sobrevivir alimentada solamente de sentimientos y emociones fáciles, necesita buenas dosis de racionalidad”.
El obispo reconoce que “la instrumentalización se ha dado en políticos de derechas y de izquierdas, en personas religiosas de ideología conservadora o revolucionaria”. Desde ahí, recuerda que “la Iglesia no se pronuncia a favor o en contra de una opción específica, siempre y cuando ésta no se vea en clara y abierta contradicción con los derechos humanos”.
A renglón seguido, explicita que “la trascendencia de la fe cristiana exige a la Iglesia no utilizar el poder en el ámbito de la política, pero al mismo tiempo es la garantía de nuestra libertad”.
