Francisco se despide de Colombia: “Ustedes me han hecho mucho bien”

papa Francisco viaje Colombia despedida avión 10 septiembre 2017

Con una emotiva ceremonia de despedida en el aeropuerto Rafael Núñez de Cartagena, en la que han participado el arzobispo de Bogotá y presidente del CELAM, Rubén Salazar; el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Óscar Urbina; y las autoridades del Gobierno, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos y de la primera dama María Clemencia Rodríguez, ha concluido hoy, 10 de septiembre, el viaje apostólico del papa Francisco a Colombia.

A su llegada al aeropuerto, a las 18:30 (hora local), Francisco fue recibido con honores de Estado. Una comparsa del Carnaval de Barranquilla –declarado Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco–, acompañada de la Banda de Baranoa, ofrecieron al Papa una muestra folclórica con lo mejor de los ritmos afrocaribeños. El Papa, por su parte, les ha correspondido con sonrisas y aplausos.

El breve y colorido acto tuvo lugar antes de que el Papa y su comitiva abordaran el Boeing 787 de Avianca que los llevará de regreso a Roma, a donde se estima que arribarán a las 12:40 (hora local).

“Me han tocado el corazón”

“Han sido días intensos y hermosos en los que pude encontrar a tantas personas, conocer tantas realidades que me han tocado el corazón. Ustedes me han hecho mucho bien”, dijo Francisco, minutos antes de subir al avión, al finalizar la eucaristía en el área portuaria Contecar.

Casi 100 horas estuvo el Papa en Colombia desde su llegada el pasado miércoles 6 de septiembre. Visitó cuatro ciudades (Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena), donde pronunció 12 discursos y homilías, además de las palabras que dirigió a la gente que lo aguardó todas las noches frente a la Nunciatura.



Incansable y siempre sonriente

Incansable y siempre sonriente, en cuatro días de actividad apostólica Francisco se encontró con las autoridades del país, con los obispos de Colombia y del CELAM; con la vida consagrada, los sacerdotes, los seminaristas y sus familias; con los jóvenes y los niños; con las víctimas del conflicto armado, con representantes de los pueblos indígenas y afrodescendientes…, sin contar las multitudes que encontró a su paso por el país.

Como misionero de la esperanza, en cada palabra y en cada gesto Francisco invitó al pueblo colombiano a dar un paso decidido hacia el perdón, la reconciliación y la paz.

“Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias”, dijo en su última homilía.

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