La desconfianza hacia los musulmanes se instala en Ripoll

  • Los terroristas de Barcelona y Cambrils procedían de esa localidad gerundense, donde el 10% de sus habitantes son inmigrantes, la mayoría magrebíes
  • El sacerdote a cargo de las dos parroquias del pueblo confía en que lo sucedido “no afectará a la convivencia”

La confianza entre los vecinos tardará todavía un tiempo en restablecerse en Ripoll, la localidad gerundense de la que procedía la célula islamista que el pasado 17 de agosto atentó en Barcelona y Cambrils, causando la muerte a 15 personas y dejando más de un centenar de heridos, algunos en estado crítico.

Enclavada a los pies del prepirineo catalán, la burbuja económica de los años 90 del siglo pasado propició la llegada de emigrantes en busca de un futuro mejor. Hoy, según el censo de 2016, tiene 10.583 habitantes, de los que un 10% son inmigrantes, en su mayoría magrebíes. Entre ellos estaban los jóvenes que han causado la masacre, y que llegaron al pueblo siendo unos niños.

“Hasta ahora ha habido una buena relación con la comunidad musulmana. Espero que lo que ha sucedido no afecte a la convivencia con el resto de la población, aunque es cierto que ahora existe más desconfianza”, reconoce a Vida Nueva mosén Melitó Tubau i Espelt, el sacerdote que atiende a las dos parroquias de la localidad, Santa María de Ripoll y San José Obrero.

Los magrebíes son gente muy sensata y la mayoría de los ripolleses intentará mantener la buena relación que ha habido con ellos durante los últimos años”, señala el sacerdote. “Lo que pasa es que esos chicos [los terroristas] estaban ahora en otra fase…”, añade.

Problemas a la hora de encontrar trabajo

Es posible que subsista esta desconfianza en empresas a las que acudan en busca de trabajo y es posible que las familias del pueblo estén ahora más alerta con sus hijos en los colegios e institutos”, apunta, reconociendo la pesada carga que ha caído sobre el conjunto de la población musulmana de la localidad. “Los magrebíes se irán apoyando mutuamente a la espera de que el tiempo vaya pasando”, asegura.

En todo caso, el sacerdote está convencido de que, finalmente, estos trágicos sucesos “no afectarán a la convivencia”. “La madre y la hermana [del autor material del atropello en las Ramblas, abatido el lunes 21 de agosto por los Mossos tras darse a la fuga después de perpetrar la masacre] serán bien aceptadas por el resto de la población”.

Y para que “el ambiente de cordialidad que existía se siga manteniendo”, el sábado 26 de agosto se ha convocado una manifestación en el pueblo. Asimismo, el Ayuntamiento ha convocado una reunión en la que participarán las principales instituciones con la finalidad de poner los medios necesarios para que la convivencia entre los vecinos no se deteriore.

Terrenos parroquiales para familias musulmanas

Mosén Tubau reconoce que hay una parte de la población musulmana que “tiene confianza en la Iglesia y que valora los servicios que en ocasiones les prestamos”. De hecho, la parroquia cedió hace cuatro años varios terrenos para que pudiesen ser cultivados por familias necesitadas, “muchas de ellas magrebíes”, apunta.

No tan fluidas son las relaciones a nivel interreligioso. Ripoll tiene dos mezquitas y, como asegura el sacerdote, “a este imán [Abdelbaki Es Satty, presunto cerebro de la célula y captador de los jóvenes, a los que habría radicalizado], no lo he podido tratar nunca, porque era muy esquivo. Son bastante cerrados”.

Mosén Tubau , por otra parte, reconoce que los Mossos se pusieron en contacto con él tras el asesinato, en julio de 2016, del sacerdote Jacques Hammel, párroco auxiliar en la diócesis francesa de Rouen, quien fue acuchillado por un joven yihadista cuando oficiaba una eucaristía. “Querían tener una reunión con los ocho curas del arciprestazgo para avisarnos de que aquello también podría suceder aquí. Cuando íbamos a tener el encuentro, se accidentó el agente y se aplazó el encuentro…”.

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