“Desgraciadamente, la islamofobia está creciendo en España”

  • El creciente radicalismo islamista puede llevar a ultraderechistas a organizarse para luchar, según el jesuita Jaume Flaquer
  • Las mujeres musulmanas son las principales víctimas de un sentimiento que aumenta tras el atentado de Barcelona

Miembros de la comunidad musulmana de Badajoz, encabezados por su imán, se manifiestan por la paz y la convivencia tras el atentado del 17 de agosto de 2017 en Barcelona

Al igual que antes ha sucedido en los países europeos azotados por el terrorismo islamista, el sentimiento islamófobo también prende en España, como demuestran los actos que se han multiplicado desde el día del atentado de Barcelona, el pasado jueves 17 de agosto, contra varios centros islámicos en Sevilla, Granada, Logroño y Madrid, con lanzamientos de bengalas en algunos casos, patadas a menores de edad y pintadas como “Asesinos, ¡lo vais a pagar!”, “Moro que reza machete a la cabeza” o “Stop al Islam”.

Desgraciadamente, la islamofobia está creciendo, a la vez que ha ido creciendo el radicalismo islámico de base saudí. Porque gran parte de este radicalismo proviene de los países del Golfo, con los cuales España tiene acuerdos políticos”, afirma a Vida Nueva el jesuita Jaume Flaquer, doctor en Estudios Islámicos.

Reconoce el religioso que esta islamofobia “no es un sentimiento mayoritario, sino que son ataques por parte de grupos pequeños”, aunque advierte del “riesgo francamente importante” de que crezca este rechazo y de que haya grupos de ultraderecha “que podrían empezar a organizarse para luchar contra los musulmanes”.

El riesgo fundamental –abunda Flaquer– es que el extremismo radical crezca en España y les lleve a tomar las armas y, por otro, que también aumenten los grupos de ultraderecha”.

Y ello, a pesar de que las propias comunidades musulmanas mostraron desde el primer momento su condena y repulsa por los actos bárbaros que causaron 14 muertes en Barcelona y una en la localidad tarraconense de Cambrils. Además, durante los días siguientes, numerosos centros y comunidades islámicas de toda España convocaron manifestaciones a favor de la paz y la convivencia, como la de la foto, que, encabezada por su imán, discurrió por las calles de Badajoz. La más multitudinaria congregó el día 21 en Barcelona a miles de personas convocadas por más de 140 entidades y asociaciones musulmanas de la ciudad y de los alrededores.

“Un política lúcida”

Flaquer sostiene que para luchar contra este sentimiento de rechazo al musulmán es fundamental la educación, también en la pluralidad, así como con una política que no se base en “discursos simplistas”. “Se lucha contra la islamofobia con una política lúcida sobre lo que está sucediendo en el mundo islámico, distinguiendo unos grupos de otros, sabiendo dónde están las comunidades islámicas que predican la absoluta segregación con respecto a los españoles, por ejemplo, o un tipo de ley islámica determinada, y distinguirlos de la gran mayoría de comunidades que no aceptan esos postulados. Y en España, hay ciertas publicaciones que fomentan el radicalismo islámico y había que luchar contra ellas”.

Y, advierte, además, de algunos elementos que están contribuyendo desde hace un tiempo al incremento de la islamofobia entre los españoles. “Por ejemplo, cuando se ve a una mujer en la calle vistiendo el nicab [velo que cubre el rostro], hemos de decirle a las comunidades islámicas que esto está provocando directamente islamofobia. Pero también la provocan algunos comentarios impresentables en algunos medios de comunicación cuando abordan las noticias sobre los atentados de Barcelona. Para luchar contra la islamofobia se necesita una mirada holística”.

En su opinión, lo que hay que hacer ahora es “un trabajo de distinción, y que se haga en cada ciudad y en cada pueblo, y que los poderes públicos también lo sepan, sobre concretamente qué tipo de islam hay ahí, y que se pueda decir abiertamente que ese tipo de islam no tiene nada que ver con el radicalismo, aunque en algunos casos sí que pueda tener relación. Pero hay que decirlo”.

El jesuita destaca también la labor que contra la islamofobia puede realizar la Iglesia católica “a partir del diálogo que puede establecer con las comunidades islámicas o las mediaciones concretas. Algo que ya está haciendo en muchos sitios, en donde ya existen plataformas comunes de relación estable entre las comunidades islámicas y las comunidades cristianas”.

Ataques también al papa Francisco

Durante el año 2016, la Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia (PCI) ha recogido 573 incidentes de islamofobia, la mayoría de los cuales han sido actos contra mujeres (14,14%), contra niños (4,01%), incidentes contra mezquitas (12,57%), contra refugiados (5,41%) e incluso un 6,63% contra personas no musulmanas. En este sentido, ha apreciado también “discursos de odio islámofobo” contra el papa Francisco debido a su postura de tender puentes con el mundo islámico.

Con respecto a 2015, estos incidentes han aumentado un 106,12%. Según señala a Vida Nueva Aurora Ali, de la junta directiva de la PCI, “el discurso del odio ha aumentado muchísimo en las redes sociales, es el ciberodio”.

Y, como ponen de manifiesto las estadísticas, subraya que quienes más están sufriendo este rechazo “son las mujeres, al ser más visibles por su indumentaria”, y que hay chicas que, tras el 17-A, “no se atreven a salir a la calle”. “Hay miedo a ver cómo reacciona la gente”, asegura.

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