Cáritas y CELAM celebran el 50 aniversario de Populorum Progressio en la cuna de monseñor Romero

  • Durante tres días de actividades, 22 países buscarán construir una Pastoral Social comprometida con la causa de los pobres

Del 13 al 16 de agosto se realiza en El Salvador un encuentro para conmemorar el 50 aniversario de la Encíclica Populorum Progressio, organizado por el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano junto con el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Caritas.

Durante estos tres días, el equipo directivo de Caritas Internationalis, representantes de los 22 países de Caritas de la región e invitados especiales de Europa y Estados Unidos, llevarán a cabo actividades formativas y de reflexión con miras a construir una Pastoral Social comprometida con la causa de los pobres, por lo que se contará con importantes panelistas para abordar temáticas relacionadas con la Doctrina Social de la Iglesia.

El encuentro coincide con la celebración del centenario del natalicio del beato Óscar Arnulfo Romero, este martes 15 de agosto, por lo que una imagen del mártir preside el salón de sesiones. 

En la jornada inaugural, se leyeron las palabras enviadas por el papa Francisco para este evento: “Con afecto saludo a todos los organizadores y participantes en el Seminario que conmemora el 50 aniversario de la Encíclica Populorum Progressio desde el pontificado de Pablo VI, para que inspirándose en las ideas e intuiciones de esa gran Encíclica se entreguen con renovado impulso a la tarea de hacer presente el Reino de Dios entre los hombres”.

La pobreza, un mal que persiste

La primera ponencia, titulada “La Populorum Progressio y su aporte a la concepción de Desarrollo Humano Integral. Una re-lectura 50 años después”, estuvo a cargo del arzobispo de Manila, Filipinas, y presidente de Caritas Internationalis, cardenal Luis Antonio Tagle. 

Tras explicar que la encíclica afirma la obligación moral de la solidaridad como el modo de desarrollar las naciones y lograr la paz social, el cardenal aseveró que muchas situaciones descritas hace medio siglo por el papa Pablo VI en su encíclica –entre ellas la enorme brecha entre ricos y pobres–, siguen muy presentes hoy en día. 

En este sentido, recordó en el último Foro Económico Mundial la organización internacional Oxfam denunció que actualmente ocho personas del mundo concentran la riqueza de la mitad de la población mundial, mientras que una de cada diez personas sobrevive con menos de dos dólares al día, “lo cual es obsceno”, enfatizó.

Ante esta situación, el presidente de Caritas Internationalis llamó a revisar con urgencia la encíclica, principalmente en lo que se refiere al desarrollo humano, “que permita al hombre asumir un fuerte compromiso con el amor, la amistad, la acogida y la inclusión, así como con la eliminación de las enfermedades mundiales, la adquisición de cultura y una buena educación, la conciencia de dignidad de otras personas, un interés activo en el bien común, la voluntad de paz y reconocer a Dios y la fe”.

Dónde poner el acento

Para el cardenal Luis Antonio Tagle, existen áreas donde se debe poner especial atención, entre ellas, el desarrollo humano; el desarrollo de las naciones; el diálogo intercultural y religioso; y la custodia y la protección de la creación.

“Cuando escuchamos el lamento de una madre tras la muerte de su hijo, o vemos a un padre buscando comida en un contenedor de basura, nos preguntamos ¿Dónde está la humanidad? ¿Dónde está mi humanidad si permito que ocurran estos actos inhumanos? ¿Puede un verdadero ser humano ser capaz de hacer tanto daño a otros? ¿Cómo puede la gente que vive entre la basura, encontrar su sentido como ser humano?”, aseguró el cardenal, y dejó en claro que no se puede promover un auténtico desarrollo humano desde una visión de superioridad, pues “el orgullo nos convierte en seres impostados”.

Sobre el desarrollo de las naciones, criticó que muy a menudo se exporten modelos económicos y sociales desde los países desarrollados a los países que están en vías de desarrollo sin incorporar las costumbres locales, lo cual –dijo– se convierte en algo humillante para las naciones pobres y suprime su desarrollo. “Es vergonzoso que en algunos países se bloquee el envío de agua, alimentos, ropa de campaña, mientras tienen libre acceso a las armas y herramientas destructivas”.

Respecto a la importancia del diálogo intercultural y religioso, afirmó que una persona llena de rencor y odio no puede darse cuenta de su verdadero desarrollo, por lo que es preciso el perdón, “aprender de otras religiones, desarrollar amistades con otras personas que viven y piensan distinto a nosotros”.

Finalmente, sobre la custodia de la Casa Común lanzó un llamado a recuperar la visión del regalo y la gracia; “no somos propietarios, todos somos regalos y estamos llamados a cuidar los regalos. Podemos afirmar nuestra fe como gestores de los dones de la creación en la Tierra. Necesitamos salir vigorosamente en la búsqueda de un bien común para que toda la familia humana se pueda beneficiar de los bienes de la tierra”.

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