Francisco pide a los jóvenes asiáticos que respondan con fe a la propia vocación

  • El pasado 6 de agosto se clausuró la Jornada Mundial de la Juventud Asiática
  • “Como la joven de Nazaret, vosotros podéis mejorar el mundo, dejar una huella que marque la historia”, reza el mensaje

Jóvenes católicas asiáticas se hacen un selfie en el marco de la JMJ asiática archivo

En la clausura, el pasado 6 de agosto, de la séptima Jornada de la Juventud Asiática que se ha celebrado en el aeropuerto militar de Yoygiakarta, en Indonesia, se ha leído un mensaje que el papa Francisco ha enviado a los participantes a través del Secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin. En dicho mensaje, el Papa ha invitado a los jóvenes de toda Asia a “escuchar, cada vez con mayor atención, la llamada del Señor para responder con fe y con valentía a la propia vocación”.

Siguiendo el lema que el Papa ha elegido para la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Panamá en 2019, ha pedido a los jóvenes que sigan el ejemplo de la Virgen María, modelo de discípula misionera. También les ha invitado a “hablar con la Madre del Señor y madre nuestra” y encomienda a todos los participantes “a su amorosa intercesión”. “Como la joven de Nazaret, vosotros podéis mejorar el mundo, dejar una huella que marque la historia”, se lee en el texto del cardenal Parolin.

Cultura del diálogo

En la clausura ha estado presente el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila y presidente de Caritas Internationalis, que, en declaraciones a Radio Vaticana, ha comentado el mensaje papal y la cuestión de la multiculturalidad, tema de la jornada. Para el purpurado, “el espíritu del diálogo es muy importante para nosotros, para la Iglesia en Asia. Para los jóvenes es importante impulsar esta cultura y actitud de diálogo, de aprecio de la diversidad. La diversidad no es una razón de división, sino una de las razones de riqueza de la civilización y de la sociedad”.

En este sentido, el purpurado puso a Indonesia como ejemplo de país construido sobre la multiculturalidad. “Es un modelo”, ha afirmado, señalando el cuidado y la protección que tienen las religiones minoritarias, como es el caso del cristianismo.

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