Francisco pide a los jóvenes brasileños que se arriesguen y se comprometan para transformar la sociedad

  • Mensaje del Papa al Santuario de Aparecida, en el 300º aniversario de la aparición de la imagen de la virgen
  • Ante las “incertidumbres e inseguridades de cada día”, invita a los jóvenes a tener a María como “signo de esperanza

papa Francisco rodeado de gente y bandera brasil

El papa Francisco ha enviado un nuevo mensaje al Santuario de Aparecida en Brasil, que este año celebra su año jubilar al celebrarse los 300 años del encuentro de la imagen de la Virgen. Tras el texto enviado a los obispos del CELAM que peregrinaron hasta la patrona del Brasil, el Papa dirige esta nueva misiva con motivo del encuentro nacional de jóvenes que se ha celebrado a finales de julio en el entorno del santuario.

En el texto, Francisco les pide que sean capaces de “arriesgarse y comprometerse […] en la construcción de una nueva sociedad, impregnando con la fuerza del Evangelio los ambientes sociales, políticos, económicos y universitarios”.

Bajo el manto de María

El Pontífice propone a los jóvenes que sigan el ejemplo de la Virgen María, que es “una ayuda para recorrer el camino de la vida”. “Para que vosotros podáis percibir esta verdad, no son necesarias grandes reflexiones: basta contemplar la imagen de la Madre Aparecida, durante la peregrinación que haréis a su Santuario Nacional”, ha invitado el Papa.

Además, Bergoglio comparte cómo él realizó esa experiencia de peregrinación, cuando visitó en complejo mariano “en 2007, con ocasión de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y, después en 2013, durante la JMJ en Río de Janeiro”. En el Santuario “pude descubrir en la mirada tierna y maternal de la Virgen morena, y en los ojos de la gente sencilla que la contemplaba, el secreto de la esperanza que mueve al pueblo brasileño a enfrentar con fe y coraje los desafíos de cada día”, confiesa el Pontífice.

También hace referencia a que en sus visitas pudo “contemplar la fuerza revolucionaria de una Madre cariñosa que mueve el corazón de sus hijos a salir de sí mismos con gran ímpetu misionero”.

Ante las “incertidumbres e inseguridades de cada día”, el Papa invita a los jóvenes a tener a María como “signo de esperanza que les animará con un gran impulso misionero”, ya que “ella conoce los desafíos en que vosotros vivís. Con su atención y acompañamiento materno, os hará percibir que no estáis solos”.

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