El Gobierno Federal de México: el atentado en la CEM es “un mensaje de odio”

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación (Segob), consideró que el ataque explosivo que sufrió el día de ayer la puerta principal del edificio administrativo de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lleva implícito un mensaje de odio a la Iglesia católica, aunque aseguró que no percibe una acción orquestada en contra de esta institución.

En entrevista para el diario mexicano El Universal, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Segob, Humberto Roque Villanueva, dijo que se tiene contacto permanente con el secretario general del organismo, monseñor Alfonso Miranda Guardiola, quien le habría informado que dentro de las instalaciones se encontraba un cardenal descansando al momento de la explosión.

Roque Villanueva dejó en claro que la protección de la sede de la CEM es responsabilidad de la policía capitalina, pero el gobierno federal ofreció que expertos de la Policía Federal –en coordinación con las autoridades de la Ciudad de México– colaboren en las indagatorias para dar con él o los responsables.

Ayer por la tarde, monseñor Miranda Guardiola explicó que en el video de seguridad se observa cómo una persona se detiene frente a la puerta del edificio de la CEM, coloca la bolsa que contenía el artefacto, y tras encender un cigarro, lo arroja dentro de la misma, provocando así la gran explosión.

Tras lamentar el hecho, Roque Villanueva consideró que “sí hay ahí un mensaje de odio” hacia esta institución que tiene todo el reconocimiento del gobierno federal, “no sólo de carácter jurídico, sino también en cuanto al valor histórico y al papel que desempeña en una nación como México”.

El funcionario dijo que hasta el momento se desconoce quién o quiénes pudieron haber perpetrado el ataque, y llamó a evitar la especulación; no obstante, dejó en claro que no ve que se trate de una “acción orquestada ni que haya en sí una deliberada acción o conjunto de acciones en contra de la Iglesia católica”.

Se refirió también a los 18 sacerdotes asesinados en el sexenio de Enrique Peña Nieto. En este sentido, dijo que la necesidad que tienen los sacerdote de trabajar en comunidades aisladas o en barrios con problemas de delincuencia, es lo que los ha hecho “un poquito susceptibles” de este tipo de eventos.

Finalmente, el Humberto Roque Villanueva precisó que, con apego a la ley y a la Constitución, la relación del Estado con la Iglesia católica se encuentra en buen momento: “tenemos muchos elementos de coordinación y de coincidencia en cuanto a valores, acciones y al papel de las asociaciones religiosas de tal suerte que es satisfactoria esa relación”.

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