En Colombia: para la evangelización también hay postconflicto

Desafíos misioneros después de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC

Extensos territorios de Colombia donde antes se escuchaba, casi única, la voz de las FARC, ahora hacen eco a las voces de los misioneros que, con otras entidades civiles, están acompañando el comienzo de una nueva historia.

La actividad evangelizadora de la Iglesia se había mantenido bajo las limitaciones y el control de las FARC que aprobaban o desechaban la presencia del misionero y llegaban a exigir que en las misas hablara a la feligresía el comandante guerrillero del sector.

El Estado se había mantenido ausente y los guerrilleros se habían convertido en sus sustitutos. Esta situación había hecho más ardua y más necesaria la tarea evangelizadora de los misioneros.

Al cambiar esa situación con los acuerdos Gobierno-guerrilla y con el proceso de desarme y de conversión de la guerrilla en partido político, la actividad de los misioneros está cambiando, de modo que la Iglesia asume una neo evangelización, como alma de la era de postconflicto. En ella predominan las actividades pastorales de creación de un clima de perdón y de reconciliación, que se ha denominado, blindaje de la paz.

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