Padre Salvador Carrillo Alday y el arte de estudiar, entender y disfrutar las Sagradas Escrituras

  • La mayor aportación del famoso biblista mexicano, fallecido hace casi un mes, fue traducir sus estudios de altísimo nivel para que la gente sencilla los pudiera comprender, aseguran

El pasado 28 de junio, a los 89 años de edad, falleció el sacerdote Salvador Carrillo Alday, misionero del Espíritu Santo, quien consagró su vida al estudio y enseñanza de la Palabra de Dios, dejando un invaluable legado a toda la Iglesia en México.

Con 72 libros, producto de sus investigaciones y clases de Biblia, el sacerdote fue uno de los grandes promotores del estudio de las Sagradas Escrituras, así como el principal impulsor del movimiento de la Renovación Carismática en el Espíritu Santo en el país.

Pasión por la Palabra

Pilar Gutiérrez, quien forma parte de la Coordinación del Instituto de Pastoral Bíblica (IPB-SCA), del cual el padre Salvador Carrillo Alday fue fundador en 1989, aseguró que el sacerdote era un enamorado de las Sagradas Escrituras, materia en la que obtuvo un doctorado, y que estudió tanto en Roma como en Israel durante muchos años. “Le encantaba visitar los lugares bíblicos, y por lo menos hacía un viaje al año a Tierra Santa”.

En su opinión, la mayor aportación del padre Salvador Carrillo es que “pudo traducir sus estudios de altísimo nivel para que el común de la gente los pudiera comprender, con una terminología fácil de entender y una metodología sencilla, profunda, pastoral. “De esta manera, en el IPB-SCA estudiamos la Sagrada Escritura, entendiéndola, disfrutándola y orando con ella. El padre Salvador siempre nos exhortaba a vivir la Palabra de Dios y proclamarla”.

Quienes colaboraron o estudiaron con el misionero del Espíritu Santo, coinciden en que era un hombre de Dios, muy sabio, pero también muy humilde y congruente con lo que enseñaba y hacía. “Tenía un amor desmedido por la Biblia, y contagiaba su pasión. Cuando daba clases, no sólo nos llegaba a la mente, sino al corazón”, señaló.

Buscaba hacer conscientes a sus colaboradores de la importancia de estudiar la Palabra de Dios para conocerla, y después proclamarla. “El padre nos decía que Jesús manda dos cosas: bautizarnos y guardar todo lo que Él ha mandado. Es en esta última en la que tenemos una gran carencia, pues no conocemos las Escrituras; lo que Jesús nos enseñó se aprende justamente ahí”.

IPB-SCA, su herencia

El Instituto de Pastoral Bíblica – Salvador Carrillo Alday está reconocido por la Arquidiócesis de México, cuyo titular, el cardenal Norberto Rivera Carrera, aprobó los estatutos, mientras que el asistente eclesiástico es el padre Mario Ángel Flores, rector de la Universidad Pontificia de México.

El instituto está coordinado por cinco personas que el padre Carrillo eligió antes de morir: Elma Peraza de Córdoba, Pilar Gutiérrez de Fernández, María Esther Gómez, Josefina Zorrilla de Ballesteros y Soraya Yunes de Garza Castillón.

Lo que distingue al IPB-SCA de otros institutos en los que se estudia la Biblia –dijo– es que en éste primero se estudia el sentido literal de los textos, es decir, “el mensaje que Dios nos quiso dar a través del autor sagrado, en las circunstancias históricas concretas en que éste se emitió; es decir, tomando en cuenta el ambiente socio-político-religioso, económico, cultural, etc. Pocos son los institutos que analizan esta parte de los mensajes bíblicos”.

Pero el instituto va más allá –añade Pilar Gutiérrez– pues también analizamos lo que nos ofrece el texto bíblico en el sentido cristiano y espiritual.

Respecto al método de estudio empleado en el IPB-SCA, Pilar Gutiérrez insistió en que éste se caracteriza por ser sencillo, profundo y pastoral. “Nuestro método es con la Biblia en la mano, y nos apoyamos con los libros que el padre Salvador Carrillo escribió, según el tema de estudio”.

Detalló que en el IPB-SCA los estudiantes deben asistir dos días a la semana y aprobar ocho materias por semestre durante tres años. Si se cubren los requisitos que pide el instituto, más la asistencia, se es candidato para obtener el diploma de Ministro de la Palabra, y con ello la persona forma parte del equipo de Escuelas Bíblicas, cuyos integrantes son enviados a difundir la Palabra de Dios donde se les requiera.

Finalmente, Pilar Gutiérrez se refirió a los planes del IPB-SCA tras la muerte de su fundador. “Tenemos muchos proyectos que ya habían sido aprobados por el padre Salvador Carrillo, entre ellos, estamos por abrir un curso de Biblia para niños y otro de Biblia para adolescentes; un diplomado los días sábado, y tendremos horarios nocturnos. También hay un equipo que viajará a Cuba a dar cursos”.

Consideró que lo más importante será continuar proclamando la Palabra de Dios “al impulso del Espíritu Santo, con alegría y seriedad, y convencidos de que la Palabra transforma la vida, y da luz y sentido a nuestro camino; las personas que estamos en el IPB-SCA somos testigos de ello. La Palabra de Dios cambia la visión de la existencia y es un parteaguas”.

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