Cae otro sacerdote en México, víctima de la violencia y la inseguridad

Con lujo de violencia fue asesinado la noche de este miércoles 5 de julio el sacerdote Luis López Villa, de 71 años de edad, perteneciente a la Diócesis de Nezahualcóyotl, México.

De acuerdo con las primeras indagatorias, el o los delincuentes ingresaron al templo de San Isidro Labrador, ubicado en el municipio de los Reyes La Paz, en el Estado de México, donde amordazaron e inmovilizaron al sacerdote con cinta adhesiva, para después degollarlo, posiblemente para robar el templo.

En lo que va de este año, ya son tres los sacerdotes que han sido asesinados: el padre Felipe Altamirano Carrillo, sacerdote indígena de la Prelatura del Nayar; el padre Joaquín Hernández Sifuentes, de Saltillo, y el padre Luis López de la Diócesis de Nezahualcóyotl, según cifras del Centro Católico Multimedial (CCM), cuyo director, el padre Sergio Omar Sotelo Aguilar, explicó a Vida Nueva Digital México, que en total han sido 18 los sacerdotes ultimados en lo que va del sexenio del presidente Peña Nieto.

“Hasta ayer teníamos contabilizados 17 asesinatos de sacerdotes, exactamente el mismo número registrado en el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa, es decir, de 2006 al 2012. Pero con el asesinato del P. Luis López, la cifra ya se superó, y aún faltan dos años para concluya este sexenio”, explicó el padre Sotelo Aguilar, quien además recordó que aún hay dos curas desaparecidos: el padre Santiago Álvarez, de la Diócesis de Zamora, desde diciembre del 2012, y el padre Carlos Ornelas Puga, de Ciudad Victoria, Tamaulipas, de quien no se sabe nada desde noviembre del 2013.

Para el religioso paulino, entre los principales factores que han llevado a que por nueve años consecutivos el ministerio sacerdotal sea uno de los más peligrosos de ejercer en México, se encuentra el incremento de la violencia, la ineficacia por parte de las autoridades para brindar seguridad a los ciudadanos, la penetración del crimen organizado en los tres niveles de gobierno y, por supuesto, la pérdida de respeto hacia la figura del sacerdote, que en años atrás era considerada como una autoridad.

“Hoy ya no es así –aseguró– pues los sacerdotes en México son víctimas de extorsión, amenazas, levantamientos, secuestros, tortura y asesinato físico y moral; este último se da con la difamación tras su muerte”.

Sotelo Aguilar lamentó que más del 80 por ciento de los casos de asesinatos a sacerdotes no se hayan resuelto, y estén “encarpetados”, pues las autoridades consideran que estos se deben a cuestiones personales y de bajo impacto, de “violencia doméstica”, como señaló recientemente un funcionario de la Secretaría de Gobernación.

“¿Qué podemos esperar cuando ni siquiera el caso del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo se ha resuelto?”, se preguntó el padre Sotelo, y advirtió que si la situación de violencia e inseguridad sigue como hasta ahora, es de esperarse más asesinatos contra sacerdotes en el país.

Por la conversión de los delincuentes

Tras conocer el lamentable hecho, el Card. Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, manifestó a través de un comunicado sus condolencias al obispo de Nezahualcóyotl, Mons. Héctor Luis Morales Sánchez, y llamó a las autoridades a “llevar hasta las últimas consecuencias las diligencias para que este crimen atroz no quede impune”.

“Oramos por nuestras autoridades y confiamos en ellas para que se abran a la luz del Espíritu Santo y se esclarezca este crimen, y para que reine la paz y la justicia en nuestras comunidades”, señaló por su parte la Diócesis de Nezahualcóyotl, misma que también pidió orar por la conversión de los asesinos: “Siguiendo el mandato de Ntro. Señor Jesucristo (Mt 18, 22), oramos por quienes asesinaron al P. Luis López Villa… para que Dios les conceda el arrepentimiento y el don de la conversión”.

En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en un mensaje firmado por su Presidente y Secretario General, Card. Francisco Robles Ortega y Mons. Alfonso Miranda Guardiola, respectivamente, también expresó sus condolencias a monseñor Héctor Luis Morales, y recordó “que el mal no vencerá y que la muerte no es el final del mensaje de amor y esperanza que trajo nuestro Señor Jesucristo, el cual vivió a lo largo de su vida sacerdotal el padre Luis”.

“Pedimos a Dios por su eterno descanso y también pedimos para que el Señor conceda a sus familiares y amigos la fortaleza, la esperanza y el consuelo de la fe”, concluyó la CEM.

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