Jornada de Responsabilidad en el Tráfico: 5 claves para conducir(se) cristianamente

  • La Iglesia celebra hoy, 2 de julio, la fiesta de san Cristóbal, patrón de los conductores
  • Esta iniciativa pastoral, que cumple su 50º aniversario, pretende que los valores evangélicos acompañen nuestros desplazamientos

Recién comenzada la primera parte de la operación salida de este verano, que prevé  89 millones de desplazamientos entre los meses de julio y agosto (casi un 5% más que con respecto al verano pasado), hoy domingo, 2 de julio, fiesta de san Cristóbal, patrono de los conductores, la Iglesia celebra la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, con el lema Loado seas mi Señor, también por los medios de transporte.

Se trata de una iniciativa que este año cumple su medio siglo de existencia, desde que en 1967, a raíz del magisterio pontificio sobre la problemática derivada del creciente parque automovilístico en toda Europa, la Conferencia Episcopal Española crease la Dirección Nacional del Apostolado de la Carretera, en el seno de la Comisión Episcopal para las Migraciones, donde continua integrada.

Concienciar de que también hay una manera de conducirse cristianamente en la carretera es uno de los objetivos de esta jornada. Y es que, cuando circulamos, “nos interrelacionamos con todos”, señala a Vida Nueva José Rey Kochinke, sacerdote que asiste a seis parroquias en una de las zonas con más curvas del noroeste gallego, y que, además, es el delegado episcopal para la Pastoral de la Carretera de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.

Este cura, que antes de ayudar a pulir almas, cincelaba piedras –es el autor de la Virgen del Mar que el buque oceanográfico Hespérides llevó a la Antártida ofrece cinco claves que los conductores cristianos deberían tener siempre en cuenta a la hora de ponerse al frente de su vehículo:

1. Manos en el volante y Dios en la cabeza

Portadores de Cristo, como san Cristóbal, patrón de los conductores, los cristianos se saben en manos de Dios, pero en la carretera, sus manos han de estar siempre en el volante, y sin olvidar tampoco una breve oración cuando se ha de conducir.

2. Cuidar la vida, también la de los demás

Conducir supone una responsabilidad para con nuestra propia vida, pero también para con la de los demás, porque cuando circulamos, lo hacemos interrelacionándonos con muchos otros, con otros coches, camiones, tractores, autobuses, cada vez más bicicletas y, por supuesto, peatones, por lo que es fundamental mostrar respeto por todos ellos y, claro está, por las normas de circulación.

3. Cuidar nuestros vehículos

Nuestra vida y la de los demás depende de ellos. Por eso, tenemos que estar pendientes de nuestros vehículos y cuidar que su mecánica (motores, suspensión, frenos, ruedas, luces, etc.) estén siempre en óptimas condiciones para ir y llegar seguros a nuestros destinos.

4. Cuidar la creación con vehículos ecológicos

El cuidado de la creación es una tarea ineludible del cristiano, como nos lo recuerda la encíclica Laudato si’, del papa Francisco. Por ello, para proteger nuestro medio ambiente es muy importante nuestra opción por buscar vehículos y combustibles renovables y ecológicos.

5. Una Iglesia en el camino

Cuando vamos circulando y vemos un campanario u observamos a nuestro paso la naturaleza, nos acordamos de que Cristo está presente, de que vamos acompañados por el Amor de Dios y su Espíritu, de que somos la Iglesia en el camino.

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