Francisco: “¡Qué triste es que alguno se quiera hacer el ‘lifting’ al corazón!”

  • El Papa ofrece una hoja de ruta para los padres de adolescentes en la apertura de un congreso en Roma
  • Bergoglio reivindica la austeridad y las “redes de vida” frente a las conexiones virtuales y al síndrome de la eterna juventud

El Papa Francisco, durante un congreso de adolescentes en Roma/CNS

 

Francisco ha inaugurado esta tarde en la Basílica de San Juan de Letrán el encuentro “¡No los dejemos solos! Acompañar a los padres en la educación de los hijos adolescentes”, organizado por la diócesis de Roma.

El papa, a lo largo de una hora, ha compartido con los padres reunidos una serie de “presupuestos” educativos. Francisco se referido a la sociedad actual, como “líquida” y “sin raíces”, con “familias que pierden sus vinculaciones, aquel tejido vital tan importante para sentido parte de los otros, participantes en un proyecto común”; “una familia sin historia, sin memoria, sin raíces”, ha sentenciado. Frente a esta situación ha propuesto la creación de “redes de vida” que permitan a los jóvenes “sentirse en casa”, en lugar de redes de conexiones “que no sean solo virtuales”. Es importante que “conozcan la propia tierra, sus propias raíces”, ha insistido Francisco.

“La adolescencia no es una enfermedad”

En este contexto, ha presentado la adolescencia como “etapa de paso en la vida” que se debe afrontar como lo que es, una “etapa puente”, ha señalado el papa que ha advertido que “no es una enfermedad que debemos combatir”, ya que “forma parte del crecimiento normal y natural de la vida de nuestros chicos”. Una etapa en la que “buscan sentirse, lógicamente, protagonistas” y en la que buscan una “autonomía”.

Autonomía que debe colmar con iniciativas educativas –en las escuelas, parroquias, movimiento, familias…– adaptados a ellos, sino, ha advertido el papa, buscarán la complicidad por ejemplo, ha bromeado Francisco, de “aquellos tíos que no tienen hijos, que no se han casado”.

Bergoglio ha recordado que “las primeras palabrotas yo las he aprendido de uno de estos tíos que también nos pasaban cigarros a escondidas… en aquellos tiempos, para ganar la simpatía de los chicos”.

La pedagogía adolescente requiere de los educadores, ha señalado el pontífice, un “espíritu con el amor y la pasión de hacer crecer en ellos la vida del espíritu de Jesús”. Más allá del modelo académico centrado en las ideas, el papa ha reivindicado que se necesita “seguir el ritmo de su crecimiento”, atendiendo a la “autoestima, a creer que realmente pueden llegar a hacer aquello que se propongan”.

Educar con las manos y el corazón

Francisco ha reivindicado una “educación integral” para los adolescentes que desarrolle “los diversos lenguajes que nos constituyen como personas”. Así ha pedido una “alfabetización socio-integrada”, “basada en el intelecto (la cabeza), los afectos (el corazón) y las acciones (las manos)”, desarrollándose todas las dimensiones también en función de la “construcción de la comunidad”.

Frente a la “fragmentación social” de quien cuida solo la preparación intelectual, el papa argentino ha reivindicado la fuerza educativa de las obras. A raíz de una historia de un niño que quería ser carpintero porque había visto a su padre y a su abuelo trabajar la madera, Bergoglio ha presentado la ilusión de este joven como la de alguien “educado con el lenguaje del hacer, no solo con el afectivo del corazón”.

Sin liftings al corazón

El último presupuesto para Francisco es dejar fuera la “cultura de la competición” dentro de la tarea educativa de los adolescentes. “Nuestros niños hoy en día encuentran mucha competición y pocas personas con las que confrontarse”, ha denunciado el papa.

En este sentido, el pontífice ha cargado contra el “modelo de éxito basado en la ‘eterna juventud’”, en la que se debe enmascarar todo lo que suponga envejecerse. “¡Qué triste es que alguno se quiera hacer el ‘lifting’ al corazón! ¡Qué doloroso que alguno quiera quitarse las ‘arrugas’ de tantos encuentros, de tantas alegrías y penas! ¡Hoy se usa más la palabra lifting que la palabra corazón!”, se ha lamentado Francisco. Esta resistencia a envejecer –“a teñirse el pelo”, ha bromeado Bergoglio que se ha referido al incremento de ventas de productos cosméticos–, supone la pérdida de modelos maduros para los adolescentes.

Frente a ello, el papa ha propuesto “recuperar un principio espiritual muy importante: la austeridad”, en medio de este gran “contexto de consumo”. “Educar en la austeridad es una riqueza incomparable”, ya que estimula el ingenio, la creatividad, el trabajo en equipo, la solidaridad… ha advertido Francisco frente a la actitud de la “avaricia espiritual”, de “aquellos golosos que, en lugar de comer, devorar todo lo que les rodea, parecen engullir en lugar de comer”. Así, el papa ha pedido “dar espacio a la austeridad como camino para encontrarse, construir puentes, abrir espacios, crecer con los demás y para los demás”.

“Me parece importante, ha concluido el papa Francisco, vivir la educación de los hijos a partir de esta perspectiva, como una llamada que el Señor nos hace, como familia, a hacer de esta paso, un paso de crecimiento, para aprender y saborear mejor la vida que Él nos regala”.

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