La Iglesia de Perú se la juega por los migrantes menores

  • Con una eucaristía presidida por el cardenal Cipriani, concluye la Semana Nacional del Migrante y la Familia
  • La Iglesia del país andino aboga por soluciones estables, acentuando la cultura de la acogida

Niños de la tribu Kumala en el río Maranon de Perú/CNS

Con una celebración eucarística, presidida por el cardenal Juan Luis Cipriani en la catedral de Lima, con motivo del Día del Migrante, el domingo 11 de junioconcluyó la Semana Nacional del Migrante y su Familia 2017, que este año centró su mirada en los “emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz”, haciendo eco al mensaje del papa Francisco para la 103 Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2017.

Por su parte, en su mensaje por la Semana Nacional del Migrante y su Familia, los obispos de Perú llaman la atención sobre la situación de los niños y de las niñas del país en situación de migración: “más de 3,8millones de peruanos están en el exterior, de esta cifra el 8,9% son menores de edad; a esto hay que sumar también los miles de menores en movilidad producto de la migración interna y las miles de víctimas de trata de persona, especialmente niños y niñas”.

Ante esta realidad, la Conferencia Episcopal de Perú (CEP)dedica su mensaje a los menores de edad implicados en el fenómeno de la migración, recordando las palabras de Francisco:“los niños constituyen el grupo más vulnerable entre los emigrantes porque, mientras se asoman a la vida, son invisibles y no tienen voz”. En efecto, “son los que más sufren las graves consecuencias de la emigración, causada por la violencia, la miseria y las condiciones ambientales, factores a lo que hay que añadir la globalización en sus aspectos negativos”.

“Siempre estarán acompañados por la Iglesia”

De igual forma, el mensaje de los obispos peruanos –firmado por los obispos Héctor Vera Colona y Daniel Turley Murphy, presidente de la comisión episcopal para la pastoral social y responsable de la pastoral de movilidad humana, respectivamente– no olvida a los “compatriotas que se encuentran en otros países, hermanos y hermanas migrantes de las diferentes regiones del Perú, inmigrantes de diversas nacionalidades”.

“Siempre estarán acompañados por la Iglesia”, aseguran los pastores, animándolos a “conservar su identidad y tradiciones, así como a proteger y promover a los menores que les acompañan en este caminar migratorio”.

En este sentido, los materiales y subsidios elaborados por la pastoral de la movilidad humana de la CEP, han buscado generar espacios de reflexión sobre el tema migratorio –y sus implicaciones para la infancia–invitando a que en cada iglesia local y comunidad católica se realicen celebraciones litúrgicas y culturales en torno a la celebración del Día del Migrante.

¿Qué hacer?

¿Qué está haciendo mi comunidad?, ¿qué programas de integración podemos realizar?, han sido algunas de las interpelaciones propuestas por la pastoral de la movilidad humana, con el deseo de acentuar la ‘cultura de la acogida’, tal como se expresa en el lema de la Semana Nacional del Migrante y su Familia, de inspiración bíblica: “el que recibe a un niño… me recibe a mí” (Mc 9,37).

La pastoral de la movilidad humana urge soluciones estables, con la participación de organismos gubernamentales e internacionales, ante la situación de la migración y de la trata que, en Perú, durante 2016, ha dejado 1.134 víctimas, de las cuales el 60% son menores de edad.

El Plan Nacional contra la Trata de Personas 2017-2021, aprobado por el gobierno el pasado7 de junio –coincidiendo con la Semana Nacional del Migrante y su Familia–, ya representa un primer paso.

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