Aparecida, la obra es del Espíritu, “lo afirmo, lo gozo y lo comparto”

Este miércoles se cumplieron diez años de que concluyó la reunión de obispos en el Santuario de Aparecida, en Brasil, con motivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe (del 13 al 31 de mayo del 2007), que fue inaugurada por el papa Benedicto XVI con el tema: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”.

Entre los participantes en esta V Conferencia del CELAM se encontraba el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, titular de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, representando, junto con algunos otros obispos, a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

A diez años de aquel gran encuentro eclesial, monseñor Felipe Arizmendi, quien ya había participado en la IV Conferencia en Santo Domingo (1992) y en el Sínodo de América realizado en Roma (1997), se dice asombrado de la acción sorprendente del Espíritu Santo en la Iglesia.

A través de un artículo publicado en un diario de circulación nacional, el Obispo de San Cristóbal de Las Casas asegura que tras estas reuniones eclesiales, “donde desde luego se sufren tensiones y presiones”, puede dar testimonio de que los documentos producidos y las orientaciones” que ofrecemos los obispos, manifiestan la acción amorosa del Espíritu Santo. Me quedo sorprendido por los resultados, que nos rebasan completamente”.

Añade: “Nosotros hacemos lo que podemos; opinamos, proponemos, redactamos, compartimos, corregimos, dialogamos y oramos mucho; pero los resultados rebasan nuestros esfuerzos humanos. El Espíritu guía a su Iglesia”.

A monseñor Felipe Arizmendi le tocó colaborar en la redacción del tema “Mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad”. Posteriormente, en el plenario se le hicieron todas las modificaciones que los participantes presentaron, y el documento pasó a la Comisión Central de Redacción que presidía el cardenal Jorge Mario Bergoglio, actual papa Francisco.

“Todas estas –dice– son mediaciones humanas, y siempre me digo: ¡Cómo es posible que haya salido un documento tan importante y trascendente! Nosotros hicimos lo que pudimos; pero la obra es del Espíritu. Lo afirmo, lo gozo y lo comparto. ¡El Espíritu Santo guía a su Iglesia!”

Del documento de Aparecida, destaca un párrafo que dice apasionarlo y motivarlo en su labor pastoral: “No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y resistencias. Éste es el mejor servicio que la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones” (DA 14).

Asegura que es sólo a partir de Jesucristo, de ser sus discípulos, como los cristianos pueden ser misioneros en sus ambientes: sociales, económicos, políticos, culturales, ecológicos y religiosos, pues “Jesús nos inspira, nos mueve, nos exige, nos orienta, nos impulsa. Con Él, nosotros cambiamos y cambiamos el entorno”.

Monseñor Felipe Arizmendi consideró que el Documento de Aparecida es muy completo y no ha perdido actualidad, por lo que “invito a releerlo con un corazón abierto, descubriendo qué quiere decir el Espíritu a su Iglesia, para que sea fiel a Jesús”.

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