Simposio del CCEE: acompañar a los jóvenes para que “crean en el camino europeo”

Simposio de obispos europeos CCEE en Barcelona para hablar de los jóvenes marzo 2017

Las conclusiones del encuentro de los obispos de Europa celebrado en Barcelona se enviarán a la secretaría del Sínodo

Simposio de obispos europeos CCEE en Barcelona para hablar de los jóvenes marzo 2017

El cardenal Angelo Bagnasco (en el centro) escucha las palabras de una joven ponente

Simposio del CCEE: acompañar también “a los que pasan de Dios” [abierto]

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | “Salimos de este encuentro renovados”. Es la impresión que transmitía el cardenal Angelo Bagnasco al terminar el Simposio sobre el acompañamiento a los jóvenes que organizó el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) en Barcelona del 28 al 31 de marzo.

Bagnasco, presidente del CCEE, también expresaba el deseo que la presencia de la Iglesia en el mundo juvenil sirva “para que los jóvenes encuentren más motivos para creer en el camino europeo”. Su demanda es que “el futuro, la esperanza, la imaginación, el deseo de participar, que es patrimonio particular aunque no exclusivo de la juventud, se debe valorar, promover, custodiar y relanzar. Esto vale para la Iglesia y vale para Europa”.

Previo al Sínodo

En el Simposio han participado representantes de 33 conferencias episcopales y de algunos movimientos juveniles. La conclusiones se entregarán a la secretaria del Sínodo de los Obispos como aportación a la próxima asamblea episcopal sobre los jóvenes convocada por el papa Francisco para 2018.

Precisamente la dinámica eclesial que propone el Papa tuvo un gran eco en buena parte de las intervenciones. “No todo va mal”, aseguraba Bagnasco en la clausura, para recoger las intuiciones de la Evangelii gaudium. Es necesario “mirar a los jóvenes con simpatía, con fe y con ternura. Esto es, con afecto y preocupación, como hacen un padre y una madre”. Para acompañar, afirmó, hay que ser personas “atractivas y luminosas”.

Y, para lograrlo, “debemos tener alguna cosa que decir con las palabras y alguna que testimoniar con los hechos”. Un acompañamiento que propone el Evangelio y que “transforma la vida respetando la libertad”.

En la sesión conclusiva también intervino el secretario general del Sínodo de los Obispos, Lorenzo Baldisseri. El cardenal agradeció el trabajo del Simposio porque, con la convocatoria del Sínodo, “el Papa nos invita a arriesgar y a soñar”. Y remarcó que las aportaciones muestran “la plena sintonía de la Iglesia europea con el Santo Padre”.

Otras ideas clave del encuentro las recogió el secretario general del CCEE, el sacerdote portugués Duarte da Cunha. Principalmente remarcó que en el Simposio se ha generado “una consciencia más clara de una Iglesia peregrina, en camino, pero con un destino”. Así, “cuando se acompaña a un joven, el camino lo hacen los dos; uno no puede acompañar si uno cree que ya ha llegado”.

El Simposio también certificó la vitalidad de distintivas experiencias eclesiales con jóvenes a través de una feria de Buenas Prácticas.

Acompañar también “a los que pasan de Dios”

La carmelita de la Caridad Vedruna Lola Arrieta, una de las ponentes del Simposio, valora positivamente la sintonía de las aportaciones con las propuestas de la Evangelii gaudium. Arrieta remarca a Vida Nueva que se va en la buena dirección cuando “el acompañamiento tiene en cuenta los procesos y la realidad” y cuando “se recupera el paradigma de Emaús, que nos pone en salida y nos lleva a atrevernos a hablar con quien es distinto”.

Arrieta también pide que esta actitud “nos lleve a acompañar no solo a los jóvenes que se plantean la fe, sino a los excluidos y a todos aquellos jóvenes que incluso dicen que pasan de Dios, pero con los que nos encontramos en la inquietud hacia la grandes causas de la humanidad”.

A pesar de la secularización creciente en Europa, en el Simposio se remarcó que entre los jóvenes continúa habiendo sed de Dios. Lola Arrieta comparte plenamente esta impresión: “En sus gritos, los jóvenes hoy demandan a los adultos ‘no nos abandonéis, pero dejadnos vivir nuestra vida’. El deseo de Dios y de sentido continúa escrito en todo corazón humano y grita para desarrollarse”.

Publicado en el número 3.031 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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