Año de locos

Jesús Sánchez Camacho, periodistaJESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Periodista

2017 está siendo un año de taquicardia. Y todavía quedan ocho meses para que acabe. ¿Cómo nos recordará la historia cuando se estudie la presidencia de Donald Trump, la crisis de la Unión Europea, el Brexit, el auge del populismo, el apogeo de la extrema derecha e izquierda, la exigua acogida dada por los países europeos a los refugiados, el terrorismo de bajo coste, la indiferencia ante la pobreza, o un desarrollo tecnológico cada vez peor digerido? No sabemos cómo evolucionará este enjambre de problemas. Aunque, si miramos atrás, adivinamos pistas que despejan nubes de un futuro incierto.

Hace cinco décadas que el mundo también sufría una pesadilla de características similares por la Guerra Fría, la lucha racial, la dictadura de Franco, el incremento de la desigualdad entre norte y sur, y la Guerra de Vietnam. Estas situaciones inhumanas prosperaron en el estallido social de Mayo del 68, que puso la alfombra a reformas de calado en el campo de la política.

Pablo VI era consciente de la maraña de injusticias que enredaban al mundo, por lo que firmó una encíclica que perseguía despertar la conciencia de los ricos. El 8 de abril de 1967 (VN, nº 569), el semanario se hacía eco de la publicación de la Populorum Progressio para “asumir como tarea propia la renovación del poder temporal”. Una renovación que será urgente cuando la sensatez expulse a la locura y trabaje por los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Publicado en el número 3.031 de Vida Nueva. Ver sumario

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