Francisco viajará a Egipto para impulsar el diálogo interreligioso

papa Francisco se confiesa con un sacerdote celebración penitencial 17 marzo 2017

Aunque no estaba previsto en la agenda para este año, el Papa visitará el país los días 28 y 29 de abril

papa Francisco y Ahmed Mohamed el-Tayeb, imán de la mezquita de Al-Azhar, Vaticano 23 mayo 2016

El Papa y el Gran Imán de la mezquita de Al-Azhar, Ahmed el-Tayeb, en su histórico encuentro en 2016

Por qué va el papa Francisco a Egipto [abierto]

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Hasta el 18 de marzo, la agenda de los viajes de Francisco para este año parecía decidida: comenzaría en mayo para celebrar en Fátima el centenario de las apariciones de la Virgen y finalizaría en noviembre con un desplazamiento a Bangladesh y la India. Entre medias, había sido confirmada una visita a Colombia en septiembre, una vez consolidado el proceso de paz. Pero ese día el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede hacía pública la siguiente declaración: “En respuesta a la invitación del presidente de la República, de los obispos de la Iglesia católica, de su santidad Tawadros II y del gran imán de la mezquita de Al-Azhar, el jeque Ahmed Mohamed el-Tayyib, Francisco efectuará un viaje apostólico a la República Árabe de Egipto los días 28 y 29 de abril, visitando la ciudad de El Cairo. El programa del viaje se publicará próximamente”.

El primer precedente de esta iniciativa de Bergoglio se remonta a la ya remota audiencia que concedió al presidente Abdel Fattah Al-Sisi, presidente egipcio, el 24 de noviembre de 2014. En el curso del encuentro, “se expresó el deseo –decía el comunicado vaticano– de que, en el marco de las garantías sancionadas por la nueva Constitución en el ámbito de la tutela de los derechos humanos y de la libertad religiosa, pueda reforzarse la coexistencia pacífica entre todos los componentes de la sociedad y continuar en el camino del diálogo interreligioso”.

El comunicado no hacía la menor alusión a que el presidente egipcio hubiese invitado al Papa a visitar su país, hipótesis en ese momento altamente improbable. Para que el viaje fuese tomado en consideración, había que superar antes la congelación de relaciones entre la Santa Sede y la Universidad de Al-Azhar, considerada por muchos como “el Vaticano del islam suní”. La ruptura se había producido poco después del discurso pronunciado por Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona, el 12 de septiembre de 2006. Como ya hemos afirmado en otras ocasiones, las palabras de Ratzinger fueron deformadas hasta la caricatura y produjeron unas reacciones muy violentas en todo el universo musulmán, incluida la retirada de algunos embajadores acreditados ante la Santa Sede, incluido el de Egipto. Al-Azhar, por su parte, decidió suspender su diálogo con la Iglesia católica.

El Vaticano intentó por todos los medios a su alcance superar la ruptura y han sido necesarios varios años para conseguirlo. En concreto, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, presidido por el cardenal Jean-Louis Tauran, se empleó a fondo y, gracias a la tenacidad de Miguel Ángel Ayuso, secretario del organismo desde junio de 2012, se han restablecido los puentes entre Al-Azhar y la Santa Sede.

Esta restauración de relaciones se puso de manifiesto el 23 de junio de 2016, cuando el gran imán de Al-Azhar fue recibido en audiencia por el Papa. Después del encuentro privado con El-Tayyib (“muy cordial”, según el comunicado), entró en la Biblioteca Apostólica la delegación que le acompañaba, compuesta por la plana mayor de la Universidad y el embajador egipcio ante la Santa Sede, Hatem Seif el Nasr. Fue la ocasión para subrayar “el compromiso común de las autoridades y de los fieles de las grandes religiones en la paz del mundo, en el rechazo de la violencia y el terrorismo, así como en la situación y protección de los cristianos en el contexto de los conflictos y de las tensiones en Oriente Medio”.

Monseñor Ayuso –el mayor experto católico en los temas relacionados con el islam– volvió a El Cairo en julio de 2016 y, en febrero de este año, acompañando al cardenal Tauran para participar en un congreso sobre “el papel de Al-Azhar y el Vaticano en la lucha contra el fanatismo, el extremismo y la violencia en nombre de la religión”. En el curso de este encuentro maduró, sin duda, la posibilidad de invitar al Santo Padre a devolver la visita que le hizo el rector cairota.

Entre tanto, Tawadros II (que vino a Roma para ver al Papa en mayo de 2013) había cursado una invitación a Francisco para que visitara “nuestro Egipto”; las tradicionalmente buenas relaciones entre la Iglesia católica y los coptos egipcios (que representan el 10% de la población total del país, nueve millones) se intensificaron aún más cuando el Pontífice manifestó su solidaridad a la Iglesia hermana después del terrible atentado del pasado 11 de diciembre, en el que murieron 25 fieles que asistían a una misa en la catedral de San Marcos. Por fin, el 6 de febrero, los ocho prelados católicos de la Iglesia patriarcal de Alejandría de los Coptos realizaron su visita ad limina y fueron recibidos por el Papa. Les presidía su beatitud Ibrahim Isaac Sedrak, que le invitó a visitarles.

Son, pues, cuatro las invitaciones llegadas al despacho papal, y los organizadores del viaje están intentado ver cómo conjugar las exigencias de cada uno. Al parecer, el 28 de abril el Papa lo dedicará a la visita oficial al presidente, al que seguirá un encuentro con Tawadros II y con el gran imán de Al-Azhar. Por la tarde, habrá una celebración ecuménica en honor de los mártires que podría tener lugar en la sede del patriarcado copto-ortodoxo. La jornada del 29, por el contrario, está reservada a los católicos.

papa Francisco se confiesa con un sacerdote celebración penitencial 17 marzo 2017

Francisco en el confesionario, el 17 de marzo

El vademécum del buen confesor

Cambiando de tema, el 17 de marzo, viernes de Cuaresma, estuvo íntegramente dedicado, por decisión del Papa, al sacramento de la Penitencia. Francisco, que recibió esa mañana a los participantes en un curso de formación organizado por la Penitenciaría Apostólica, les dirigió un discurso que podríamos definir como el vademécum del buen confesor. Para serlo, se requieren tres elementos: estar inmersos en la relación con Cristo, ser capaces de discernir con el Espíritu y encontrarse siempre dispuestos a evangelizar.

Después de desarrollar estos tres aspectos, Francisco les dijo: “El confesionario es un lugar de evangelización y, por lo tanto, de formación; en el breve diálogo que establece con el penitente, el confesor está llamado a discernir qué es lo más útil e incluso lo más necesario para el camino espiritual del hermano o de la hermana. (…) El confesor debe dirigirse todos los días a ‘las periferias del mal y del pecado’. Esta sí que es una fea periferia, y su obra representa una auténtica prioridad pastoral”.

“Confesar –profundizó– es una prioridad pastoral. Por favor, no pongan esos carteles: ‘Se confiesa solo los lunes y los miércoles de tal a tal hora’. Hay que confesar siempre que te lo pidan. Y, si estás en el confesionario rezando, estate con la puerta abierta, que es el corazón abierto de Dios”.

Por la tarde, Francisco presidió en San Pedro una solemne liturgia penitencial; él fue uno de los primeros en confesarse y, a continuación, impartió el sacramento de la Reconciliación a tres varones y cuatro mujeres.

Por otra parte, la Santa Sede anunció el 21 de marzo el nombramiento del español Santiago de Wit Guzmán (Valencia, 1964), hasta ahora consejero de la Nunciatura en España, como nuevo nuncio en la República Centroafricana.

Publicado en el número 3.029 de Vida Nueva. Ver sumario

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