El obispo de Tijuana pide derribar los muros

Marcha por la Vida, la Paz y los Migrantes organizada por la Arquidiócesis de Tijuana México marzo 2017

En la 17ª Marcha por la Vida, la Paz y los Migrantes, denuncia el egoísmo que divide

Marcha por la Vida, la Paz y los Migrantes organizada por la Arquidiócesis de Tijuana México marzo 2017

El arzobispo Francisco Moreno en un gesto de oración durante la Marcha

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | En su 17ª edición, la Marcha por la Vida, la Paz y los Migrantes que organiza anualmente la Arquidiócesis de Tijuana, en México, tuvo el pasado día 19 un carácter especial. Así lo sintieron los más de 30.000 participantes cuando pasaron junto al muro que ya en 1994 ordenó construir el presidente demócrata estadounidense Bill Clinton para frenar la “inmigración ilegal” en ese tramo de frontera que separa Tijuana y San Diego (California). Esta vez, aunque no se citó, quien estaba presente en el pensamiento de todos era el actual inquilino de la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, que pretende aumentar exponencialmente el muro entre México y Estados Unidos.

Presidió el acto el arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, quien cargó con una simbólica cruz y rezó ante el muro: “Queremos hacer presentes aquí a todos nuestros hermanos migrantes, no solo los que pasan por esta frontera, sino a todos los migrantes del mundo. Porque toda la comunidad humana es una sola familia que salió de las manos de Dios por amor. Y estamos llamados a vivir unidos en el amor como una sola familia”.

A continuación, glosó cuál es hoy la principal causa de sufrimiento de quienes se ven obligados a dejar sus hogares a causa de la miseria o la violencia: “Lastimosamente, por el egoísmo en el mundo, por el egoísmo en el corazón humano, se han ido levantando muros, no solo en los tiempos pasados, sino también en el presente. Pretenden dividirnos, distanciarnos y, a veces, también confrontarnos. Cuando lo que necesitamos son todos los espacios, elementos, puentes que más bien nos acerquen y nos ayuden a construir la fraternidad, a fin de que se pueda vivir en paz y se realice, en medio de nosotros, el sueño de Dios para sus hijos: que vivan unidos y en paz”.

“Somos conscientes –concluyó– de que somos un pueblo y una arquidiócesis migrante, y eso nos sensibiliza para dar la mano a estos hermanos que pasan, que van o vienen por esta frontera. Por eso el signo de estar aquí en el muro es muy importante”.

Tijuana sigue marcada por el crimen organizado y el narcotráfico. Días antes, en la presentación a los medios de la marcha, Moreno lamentó que, en el primer trimestre de 2017, ya ha habido más de 200 homicidios en el territorio.

Publicado en el número 3.029 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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