Movidos por la fe

Por las noches, algunas calles de Montevideo se convierten en los hogares de cientos de personas en donde la pobreza y el hambre están a la orden del día. En todas partes, esta realidad suele encontrar una mano solidaria para ayudar. Muchas ONG están detrás de estas problemáticas, pero el Movimiento Luceros se diferencia por un eje vital: son jóvenes que se mueven por la fe.

NICOLÁS MIRABET

 Hay frases hechas que siempre tientan, más cuando la realidad se viene encima y no se sabe cómo abordarla. Seguramente sea para calificar de manera rápida –y sin mucha reflexión previa– y despectiva a algún concepto o alguna acción. “La juventud está perdida” es una de esas frases.

Frente a este tono categórico, lo mejor es llamarse a la reflexión y tratar de ver más allá de lo estrictamente literal para tener certezas sobre semejante afirmación.

Es cierto que hay tendencias apocalípticas que se empeñan en encontrar noticias tendenciosas para demostrar que los jóvenes son peligrosos, vagos y adictos, pero buscando se pueden encontrar muchos otros ejemplos de jóvenes que no se distraen de su prójimo y que constantemente tienden una mano al que lo necesita.

El Movimiento Luceros es un ejemplo de estos jóvenes que buscan construir una sociedad más justa e inclusiva. Sin embargo, hay algo que los diferencia de cualquier ONG que lógicamente trabaja por los demás. “Buscamos el bien común para todas las personas de la sociedad desde nuestra fe, de manera que se las vea como hermanos y no como simples personas”, explica Felipe Silva uno de los jóvenes voluntarios que forma parte de este movimiento uruguayo. Y su trabajo solidarios se sostienen por dos pilares: “La oración y la acción solidario por todos ellos”, describe.

Pero luego de esta afirmación se detiene un instante, piensa y lanza la mejor definición: “Humanamente, Luceros no es más que un grupo de jóvenes que ayuda de diversas maneras a los más apartados de la sociedad, pero desde nuestra creencia, ponemos en manos de Dios cada una de sus vidas, ya que es así cuando nos sentimos verdaderamente realizados”.

Por su parte, Juan José Malvarez, joven que desde este año se desempeña como coordinador del movimiento, explica: “Luceros es un grupo de oración, así surgió y hasta el día de hoy se mantiene igual. Por tanto una de las cosas que hacemos es rezar el Rosario los días que nos juntamos, los lunes y los miércoles. Esto es previo a nuestras salidas al encuentro con nuestros hermanos en situación de calle”. Esta última es la actividad más popular que los caracteriza. “Salimos a repartir comida, abrigo y un rato de charla con personas que viven en la calle. Esas serían las actividades centrales de nuestro movimiento. Aunque también vamos haciendo otras cosas que se necesiten; hace poco construimos una casa para una familia con tres hijos pequeños. Los niños fueron bautizados y nosotros somos sus padrinos”, detalla Malvarez.

Oración y juventud

El compromiso social de este movimiento surge “como un fruto de la oración”, recalca Malvarez. “Es ella la que da lugar y sentido a todo lo que vino después –asegura–. Es decir, surgió naturalmente como una necesidad de no quedarnos solamente en la oración, de ir más allá, de hacer algo material por otros. Notamos que en Montevideo había muchas personas que vivían en la calle, entonces pensamos que teníamos una oportunidad concreta donde materializar el deseo de darnos a los demás”.

Desde que este grupo de jóvenes descubrió esta manera concreta de donarse a los demás, “logramos hacer un equilibrio entre Marta y María, entre la acción y la contemplación”.

Y para esta tarea solidaria que habitualmente realizan por las calles de la capital uruguaya lo que más necesitan es ropa de abrigo, camperas, pantalones y buzos. “Sobre todo en invierno, época en la que escasea todo, y cada vez que llega una donación de estas características es una alegría inmensa”, asegura el coordinador del movimiento. “También se puede colaborar con dinero que luego destinamos para la compra de alimentos que cocinamos cada semana”, puntualiza.

Para aquellas personas que sientan la necesidad y pueda colaborar, el Movimiento Luceros generalmente coordina el retiro o la recepción de las donaciones a través de su página de Facebook: https://www.facebook.com/mluceros/

Esta movimiento surge en 2008 y tiene su base de operaciones en un salón de la Iglesia de los Carmelitas de Montevideo. El grupo hoy lo componen en su mayoría adolescentes y jóvenes de entre los 16 y los 28 años. “Surgió a partir de los jóvenes y sigue funcionando teniéndolos como motor”, apunta Silva.

Dios en el centro de todo

Como ellos dicen, la oración es la acción que sostiene a este grupo. Aquí, la dimensión espiritual adquiere un protagonismo especial. Justamente, Luceros se nutre de varios movimientos y congregaciones: “hay compañeros salesianos, del Opus Dei, de la Sociedad de San Juan, nazarenos, carmelitas, jesuitas, por nombrar algunos. Cada uno le aporta al movimiento algo diferente, algo que es en provecho de todos. Pero hay algo de lo que no dudamos: esta obra está por comenzar su noveno año gracias a la oración sostenida de sus integrantes y de un montón de gente que nos acompaña. Es fundamental estar buscando la voluntad de Dios para esta obra, dejar que el Espíritu Santo obre y guíe. Solo así este movimiento podrá seguir adelante”, confía Silva.

Y resalta: “También tenemos instancias de retiros y peregrinaciones grupales que nos nutren y nos ayudan a crecer más en la fe y en la amistad con Dios”.

“Llamale como quieras…”

“Llamale ganas de hacer algo, llamale sentirse bien después de hacerlo, llamale necesidad de ser agradecido con lo que tengo, llamale tener un corazón abierto a los demás, llamale como quieras, pero en el fondo de todo está Dios. Eso es lo que termina moviendo a los jóvenes a comprometerse y ayudar a los demás”, asegura Silva. Pero vuelve a detenerse para reflexionar y para dar una idea confiada: “Algunos lo reconocen a tiempo y siguen ayudando, otros dejan pasar las oportunidades, pero Dios llama continuamente a que los jóvenes nos comprometamos y demos una mano en la realidad que nos toca vivir. Hay una diferencia grande en hacerlo desde Dios: el verdadero sentido que encontramos a nuestra actividad solidaria se da cuando nos sentimos puramente gratificados”.

Como cristianos, estos jóvenes están convencidos de que están llamados a ser sal de la tierra, luz del mundo y fermento en la masa. De ahí, el Movimiento Luceros buscar ser luz en la sociedad y en la noche, llevando a Cristo a quien más lo necesita. De esta manera, a mucha gente desesperada, que vive en una total desprotección, víctima de la desigualdad y la falta de oportunidades, ellos le demuestran de que no están solos, de que hay alguien que piensa e intenta hacer algo por ellos.

“Ojala cada vez más jóvenes puedan sentirse movidos por mil motivos diferentes a hacer obras de bien; al final van a encontrar el verdadero sentido de lo que hicieron”, sintetiza Silva. Y concluye: “Creo que lo más lindo de hacerlo desde la fe es que no se espera nada a cambio, porque lo que hacemos lo hacemos con la certeza de que Dios está con nosotros, y eso basta”.

 


Destacados

Cada año, Tele Doce entrega los premios Destacados, una distinción anual que propone dar a conocer, premiar y apoyar a muchos uruguayos desconocidos que dedican su tiempo, su esfuerzo y sus ganas para ayudar a otros. En la edición del año pasado, uno de los candidatos a recibir este galardón fue Felipe Silva.

“Creo que Dios se vale de todas las cosas que pasan en este mundo. Ante tanta falta de solidaridad y cosa mala que pasa, ha puesto al Movimiento Luceros como ejemplo para muchas personas que no encuentran el buen camino o que no saben que además de tanto mal también hay gente que hace bien, y en nombre de Dios. Ser reconocido por Destacados significa que Dios se vale de este premio para que la gente se contagie de nuestra obra, obra de Dios”.

 

 

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