La negligencia abrasa el futuro de Guatemala

Fallecen 40 niñas en el incendio de un centro de menores cerca de la capital

JOSÉ LUIS CELADA | Fuentes del Hospital Roosevelt en Ciudad de Guatemala confirmaban, al cierre de esta edición, que eran ya 40 las niñas muertas en el incendio registrado durante la madrugada del día 8 en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción de San José Pinula, a unos 20 kilómetros de la capital. Se trata de un centro gestionado por el Estado, que acoge a unos 750 menores –aunque su capacidad es de 400– y en el que conviven huérfanos, niños abandonados, pequeños delincuentes vinculados a las maras, víctimas de la droga, del maltrato, del tráfico y explotación sexual, de adopciones irregulares o con discapacidades.
Las fallecidas se encontraban “encerradas bajo llave en un cuarto no mayor de cuatro metros” como castigo tras un motín –reveló la Defensora de la Niñez, Gloria Castro–, cuando una de ellas prendió fuego a un colchón desatando el horror. Un hecho que refleja no solo “la negligencia, la ineptitud y la perversión de los responsables del centro”, sino también la del Estado “para proteger a la niñez y gestionar estos centros de acogida para niños en situaciones difíciles”, denuncia a Vida Nueva el obispo de Jalapa, Julio Cabrera Ovalle.
El prelado sostiene que esta “increíble tragedia” manifiesta, asimismo, “la falta de compromiso de la sociedad guatemalteca para actuar eficazmente en la protección y cuidado de los menores”. Todo un desafío para el país y para su Iglesia, que pide “apoyar con generosidad” estos hogares, aunque reconoce que “el primer lugar donde los niños deben ser amados y protegidos es la familia”.
Por todo ello, Cabrera solicita al Estado “una exhaustiva investigación” que depure responsabilidades y castigue a los culpables, el nombramiento de “personas cualificadas” en el cuidado de la infancia, “desburocratizar el tortuguismo del Consejo Nacional de Adopciones para buscar una familia a los niños abandonados”, dedicar los “recursos necesarios” para la atención a los más pequeños, y “agilizar los procesos legales de los niños abandonados para facilitar el encuentro de familias que los puedan adoptar”.
Apenas conocida la noticia, mientras vecinos y familiares se acercaban hasta el lugar para depositar flores y velas en recuerdo de las desaparecidas, miles de compatriotas tomaron la calle para reclamar justicia.

Publicado en el número 3.028 de Vida Nueva. Ver sumario

 


LEA TAMBIÉN:

Compartir