IV Encuentro de laicos y religiosos: “La misión nos hace comunes, no iguales”

IV Encuentro de laicos y religiosos Juntos somos más misión compartida 2017

En la nueva edición de ‘Juntos somos más’, CONFER sigue promoviendo la misión compartida

IV Encuentro de laicos y religiosos Juntos somos más misión compartida 2017

Uno de los talleres organizados el pasado 4 de marzo en Madrid

JOSÉ BELTRÁN | La realidad se impone. El déficit vocacional urgió una mayor presencia de laicos en las obras de la vida religiosa. Desde mediados de los 80, incorporados a puestos de responsabilidad. Sin embargo, esta colaboración en la tarea despertó algo más. Se acuñó el término “misión compartida”, con la convicción de que el carisma de una congregación no es solo legado del religioso, sino vivido por laicos identificados con la espiritualidad y la misión.

Así se llega al 4 de marzo de 2017, al IV encuentro Juntos somos más, organizado por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) para reflexionar y promover que más congregaciones se sumen. Dinamizada por el lema Ultreya, el saludo de los peregrinos hacia Santiago, buscó ser intercambio de inquietudes con talleres experienciales donde participaron más de 300 personas.

“Se partía de que, en el fondo, todo consistía en cómo sustituir a los religiosos por los laicos. Pero estos modos de pensar se pueden dar por cancelados”, señaló en la ponencia marco el jesuita Elías Royón, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid. Royón defendió que hoy la misión compartida “entra más como una evidencia y ha sido incorporada en diversos institutos religiosos a sus reflexiones, reestructuraciones, prácticas diarias e incluso a sus textos legislativos”.

El que fuera presidente de CONFER expuso que “la novedad está en que ambas vocaciones y ambos envíos se llevan a cabo ‘juntos’ compartiendo carisma y espiritualidad”. Royón lanzó en este punto una pregunta al auditorio: ¿qué especificidad mantienen laicos y religiosos una vez que se acepta este denominador común? “Los laicos viven la misión en las tareas profesionales de las instituciones educativas, sociales, sanitarias, etc. de las diversas familias carismáticas y alimentan su fe en su espiritualidad y carisma. Los religiosos la viven desde su vocación especial de consagración”. Y subrayó: “La misión nos hace comunes, no iguales. La misión no uniformiza, sí convoca. No somos solo nosotros, los religiosos. También son ellos, los laicos”.

En un paso más, Royón instó a que la misión compartida sea reflejo de comunión eclesial entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, pero no una comunión “políticamente correcta” que se confunda con buenas palabras, sino “fruto del Espíritu: de aquel que crea a la vez la diversidad y la armonía”. “Evidentemente que las relaciones se hacen más complejas, pero no se podrán simplificar eludiendo o minusvalorando la presencia activa de estas vocaciones laicales compartiendo misión con los religiosos”, sentenció.

Tampoco obvió la falta de recursos humanos en la vida religiosa, consciente de que “se hace casi imposible llevar adelante las obras apostólicas en el modo como lo hemos hecho hasta ahora”. Por eso advirtió de “la tentación” de dejar las instituciones “en manos de grupos no siempre ajenos a la Iglesia o confiarlas a eficaces organizadores y gestores”.

“Una fe vivida para ser testimonio”

“Juntos en comunión somos más Iglesia, más servicio al Reino”, enfatizó la presidenta de CONFER, Mariña Ríos, en su saludo inicial, acompañada de Antonio Cartagena, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar.

“Hemos tenido una fe muy teórica y doctrinal, pero nos falta una fe más vivida, para dar testimonio en nuestra sociedad”, señaló el sacerdote, preocupado porque en ocasiones “nos perdemos en autobuses y nos olvidamos de esas pequeñas semillas que van calando como el agua en tierra fértil”. Entre estas semillas, destacó la entrega de los laicos en misión compartida, “que como bautizados os sentís llamados a vivir vuestra fe con alguien, a no estar solos en la evangelización”.

Publicado en el número 3.027 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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