Comienza el juicio del ‘caso Román’: “Tenía pánico cuando me quedaba a dormir con él”

Román Martínez sacerdote acusado de abusos clan Romanones juicio marzo 2017

La víctima comparece en sede judicial ante la mirada del sacerdote

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El padre Román durante su declaración

RUBÉN CRUZ | Todas las partes coindicen: el juicio se está desarrollando tal y como se esperaba. Román Martínez se sentó el 6 de marzo en el banquillo como único acusado del denominado “clan de los Romanones” de abusar de ‘Daniel’. El sacerdote garantizó que nunca había pedido ni dado “favores sexuales” al denunciante. Sobre los “te quiero” que le escribía en los intercambios de mensajes, declaró que eran “en el sentido fraternal y cristiano”. Todos los supuestos miembros del grupo que declararon –en un principio también investigados y cuyos posibles delitos quedaron prescritos– cerraron filas en torno a Román: “Es todo una falsedad tremenda”.

El tribunal no admitió la cuestión previa planteada por la defensa del sacerdote pidiendo la nulidad del expediente canónico que se ha incorporado. En él se recogen las palabras del arzobispo de Granada, Javier Martínez, aconsejando a Doctrina de la Fe investigar al grupo.

“Tenía pánico cada vez que me tenía que quedar a dormir allí”, dijo la víctima a las preguntas del fiscal. La vista tuvo que suspenderse unos minutos porque ‘Daniel’ rompió a llorar durante el interrogatorio. Y salió de la sala insultando a los sacerdotes del “clan” allí congregados. El joven definió a Román como una persona “capaz de pedir amor fraternal en misa y violar a niños por la tarde”. “Solo deseo que termine todo –continuó–. Román me hizo depender de él. No podía tener amigos ni hablar con mis padres. Él era mi líder espiritual y mi único referente”.

Responsabilidad civil

Su declaración era la más esperada, y de la que dependerá el resultado del juicio. Por primera vez se le ponía rostro al joven, que tiene hoy 27 años y que denunció abusos sexuales por parte del sacerdote cuando él era menor de edad (entre los 14 y 17 años). Podía declarar por videoconferencia, pero prefirió hacerlo personalmente, pese a la tensión del momento, puesto que después de todo el proceso se encontraba nuevamente cara a cara con el acusado, para el que la Fiscalía pide nueve años de prisión.

“Creo firmemente que, cuando finalice el proceso, dará la cara en los medios, porque su único objetivo es que estos casos no vuelvan a ocurrir”, explica a esta revista una fuente cercana al joven.

El 10 de marzo declara el arzobispo como responsable civil subsidiario. Más información en el próximo número de Vida Nueva.

Publicado en el número 3.027 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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