La formación de futuros sacerdotes a examen

Rectores de seminarios mayores responden encuesta de la Conferencia Episcopal

El Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada, de la Conferencia Episcopal de Colombia, llevó a cabo una encuesta entre los rectores de los seminarios mayores del país. El resultado del ejercicio reseña lo que, a su parecer, son elementos positivos, dificultades y desafíos de la formación inicial, en referencia específica a cada una de sus cuatro dimensiones: la dimensión humano-comunitaria, la dimensión espiritual, la dimensión intelectual y la dimensión apostólica y misionera. Igualmente, recoge propuestas acerca de aspectos a incluir en la formación inicial de los futuros sacerdotes, a la hora de dar respuesta al perfil de pastor que se necesita a nivel nacional.

La encuesta fue hecha como parte de los trabajos preparativos de cara a la más reciente asamblea general del episcopado colombiano y al encuentro nacional de rectores de seminarios, reuniones que coincidieron en la sede de la Conferencia Episcopal, situada en Bogotá. Ambas actividades, llevadas a cabo durante la segunda semana de febrero, respondieron a la necesidad de redefinir la formación inicial de futuros sacerdotes en sintonía con las necesidades locales y en armonía con la Ratio Fundamentalis propuesta recientemente por la Congregación para el Clero.

Aspectos positivos

P. Manuel Vega, Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada, de la CEC

Una síntesis de los resultados de la encuesta, preparada por el P. Manuel Hernando Vega, destaca que, a nivel de la dimensión humano-comunitaria de la formación, resulta positiva, entre otras cosas, la apertura del seminario a lo social, cultural y civil. Como positiva también se cataloga la exigencia sobre lo afectivo, y un acompañamiento personalizado a los candidatos, que incluye atención psicológica. Quienes entre los seminaristas han pasado por la experiencia de pertenecer a pequeñas comunidades revelan, según los rectores, un fortalecimiento de su formación discipular.

A nivel de la dimensión espiritual de la formación, la síntesis destaca como positiva la preocupación por infundir claridad sobre el ministerio sacerdotal como “opción por Cristo a través del servicio y la entrega a los hermanos en la Iglesia”.

En cuanto a la dimensión intelectual, se reseña el interés de los formadores por actualizarse. También se ve positiva la vinculación del laicado en los procesos formativos.

Por último, en lo referente a la dimensión apostólica y misionera se valora un trabajo en consonancia con los planes diocesanos de pastoral. Igualmente, la preocupación por una formación integral, que pasa por diversos campos del apostolado, así como por distintos escenarios sociales.

Dificultades y desafíos

Las dificultades a nivel de la dimensión humano-comunitaria de la formación son de orden familiar, de origen socio-cultural y de origen sicológico, según el documento síntesis. Además del impacto emocional que dejan sobre algunos candidatos experiencias traumáticas en el seno de las familias, se reseña la incidencia negativa que en algunos de ellos tienen los medios de comunicación, cuando determinado uso de la tecnología se convierte en un obstáculo para la integración comunitaria. Como dificultades para la formación son descritos el consumismo y el materialismo, así como el constante aumento de “realidades afectivas, como la tendencia homosexual” entre los candidatos.

A nivel espiritual, se subrayan “ciertos excesos de pietismo, intimismo y sensibilidades exteriores, complejos místicos, exorcistas y pneumáticos”.

En cuanto a la dimensión intelectual de la formación, se conciben como dificultades los vacíos en la formación académica de algunos candidatos, falta de sentido común o facilismo.

Por último, en lo referente a la dimensión apostólica se critica el fanatismo por lo antiguo a nivel de ornamentos litúrgicos y de formas religiosas. Igualmente, se dice que “en algunas jurisdicciones no se cuenta con un equipo de pastoral vocacional de tiempo completo que pueda hacer un seguimiento más confiable de los candidatos”.

Entre los desafíos, se subraya la importancia de afrontar la cultura de los medios de comunicación y las TIC; así como el reto de actualizar la formación de los formadores para un trabajo más eficaz. La Ratio Fundamentalis propuesta por la Congregación para el Clero recomienda que el año propedéutico, el primero en la formación de los candidatos al sacerdocio, tenga lugar aparte de donde se desarrolla el resto del itinerario formativo. Ajustarse a esta recomendación es otro de los desafíos recogidos en la encuesta.

El ejercicio se enmarca en los trabajos de redefinición del proceso formativo a nivel nacional

Propuestas

Como ha sido dicho, además de un examen del estado actual de la formación inicial, el ejercicio recogió opiniones de los rectores acerca de qué elementos se deberían incluir en el proceso formativo para dar respuesta al perfil de pastor que necesita Colombia. Entre lo más sobresaliente, a nivel de la dimensión humano-comunitaria, se plantea mantener el apoyo sicológico, profundizar las exigencias de madurez y acentuar un tipo vivencial de formación, por encima de lo netamente académico.

A nivel de la dimensión espiritual, formar en el marco de la iniciación cristiana.

En cuanto a la dimensión intelectual, se menciona el interés por establecer una dinámica formativa que consolide al futuro sacerdote como actor de reconciliación. Igualmente, se destaca el deseo por implementar una formación en las nuevas tecnologías y medios de comunicación como campos para la evangelización.

Lo más nutrido está asociado a propuestas de cara a la dimensión apostólica y misionera de la formación. A continuación, los siete puntos reseñados:

Dejar muy claro en los candidatos el perfil de pastor que necesita Colombia.

Formar al seminarista para que se inserte en los diversos ambientes sociales; para que con prudencia comprenda las situaciones que viven las comunidades y con serenidad tome posiciones que no las polaricen.

Implementar estrategias para que el futuro pastor aprenda a trabajar con los laicos.

Formación para desempeñar una pastoral del postconflicto.

Formación de sacerdotes, discípulos misioneros, para una Iglesia en salida.

Intensificar el conocimiento de la realidad del país y su correspondiente iluminación desde el Evangelio para realizar un ministerio profético.

Favorecer un ambiente formativo en el que los seminaristas se familiaricen con el Plan de Pastoral Diocesano.

Llama la atención en un apartado dedicado a otras propuestas la idea de implementar la participación de algunos laicos en los equipos de formadores, “incluida la posibilidad de acompañamiento de una pareja matrimonial”.

Hacia una ratio nacional

La asamblea de obispos colombianos y la reunión de los rectores de seminarios mayores contaron con la presencia de monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, de la Congregación para el Clero. En varias sesiones de trabajo, el prelado compartió con los asistentes reflexiones sobre los fundamentos de la formación inicial, los lineamientos de la Ratio Fundamentalis y lo que habrían de ser las etapas del itinerario formativo, en coherencia con el documento vaticano. Se estima que en dos años la Conferencia Episcopal podría tener lista una ratio nacional, en la cual se concretará la redefinición de la formación inicial para el contexto colombiano.

VNC

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