Lo que el papa Francisco pide para la Cuaresma 2017

papa Francisco en la celebración del Miércoles de Ceniza 2016 en el Vaticano

Ayuno, oración, limosna, meditar la Palabra de Dios y “abrir el corazón al otro”

papa Francisco en la celebración del Miércoles de Ceniza 2016 en el Vaticano

Imposición de la ceniza en el Vaticano el año pasado

M. GÓMEZ | Hoy 1 de marzo la Iglesia celebra el Miércoles de Ceniza y, con él, el comienzo de la Cuaresma. Un tiempo “propicio”, dice el papa Francisco, para cultivar la vida espiritual, para “intensificarla”, a través de tres acciones que muy concretas y que están en la esencia de este tiempo litúrgico: el ayuno, la oración y la limosna. Y “en la base de todo”, la Palabra de Dios, que durante estas semanas habrá que “escuchar y meditar con mayor frecuencia”. En su mensaje para la Cuaresma 2017, titulado La Palabra es un don. El otro es un don, Francisco se detiene en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro para pedir también que “abramos la puerta a cualquier necesitado”.

El mensaje del Papa se publicó el pasado 7 de febrero. En él, el Pontífice subraya la importacia de aprovechar este tiempo para acercarse a la Palabra de Dios como guía hacia la conversión: “La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte”.

En el texto hay una serie de recomendaciones específicas, desde desapegarnos del dinero hasta participar en las campañas de Cuaresma de las Iglesias locales. Los resumimos en estos nueve puntos:

“No contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor”.

“Intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna”.

“En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia”.

“Abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido”.

“La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. (…) Sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres”.

“El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico. (…) El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación”.

“Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano”.

“La Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo”.

“Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo”.

 


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