El lendakari se reunirá con los obispos de las diócesis vascas para informales de lo tratado en el Vaticano
De derecha a izquierda, Parolin, Urkullu y el embajador ante la Santa Sede, Saénz de Buruaga
VICENTE L. GARCÍA (VITORIA) | A mediados de enero, el lendakari Íñigo Urkullu se desplazó hasta el Vaticano con el objetivo de presentar, a grandes rasgos, ante la Santa Sede el Plan de Convivencia y Derechos Humanos puesto en marcha por el Gobierno vasco, y en el que destaca un capítulo importante dedicado a las políticas de cooperación al desarrollo, inmigración y de ayuda a los refugiados. Este trabajo ha recaído sobre la Secretaría General de Paz y Convivencia, presidida por Jonan Fernández, quien acompañó a Urkullu en su viaje a Roma, y que el 8 de febrero presentará el citado plan en el Parlamento autonómico.
La visita se enmarcó dentro de las actividades programadas por el Gobierno vasco, y su gestión, como confirmó a Vida Nueva el propio Jonan Fernández, siguió el protocolo propio establecido para estas ocasiones. Inicialmente, las gestiones se hicieron con el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, con quien además existe un trato cordial desde sus tiempos como obispo de Bilbao. Desde la CEE se trasladó el tema a la Nunciatura Apostólica y, de ahí, al Vaticano.
Fuentes autorizadas de la Iglesia en el País Vasco han reafirmado a esta revista que ningún obispo ha manifestado malestar alguno por la visita de Urkullu al Vaticano. Desde los obispados de Bilbao y San Sebastián desmintieron las informaciones de las que se hacían eco varios medios de comunicación y que apuntaban a un descontento de los prelados de las diócesis vascas ante la falta de información de esta visita. De hecho, Urkullu tiene programado un inminente encuentro con los obispos Mario Iceta (Bilbao), José Ignacio Munilla (San Sebastián) y Juan Carlos Elizalde (Vitoria), prueba de la buena sintonía que se mantiene entre el Ejecutivo y la Iglesia en el País Vasco.
Este encuentro, convocado a iniciativa del propio lendakari, tiene un carácter privado y pretende informar de primera mano a los prelados vascos de la política del Gobierno autónomo en materia de inmigración y de acogida de refugiados. De hecho, la atención a refugiados e inmigrantes es un compromiso que la sociedad vasca respalda, que las diócesis vascas vienen atendiendo desde sus propios organismos y en colaboración con otras instituciones públicas y privadas, y que Urkullu abordó directamente en el encuentro con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y con la Comunidad de Sant’Egidio.
En esta línea, Jonan Fernández se ha interesado por la iniciativa que el obispo de Vitoria planteó tras su participación hace unos meses en Roma en la reunión del Grupo Santa Marta, y que pasaría por crear en esa diócesis un “grupo Santa Marta” para hacer frente a la trata de personas.
El cardenal y las víctimas de ETA
VIDA NUEVA | Aunque en la nota oficial del Gobierno vasco en donde se da cuenta del encuentro entre Íñigo Urkullu y Pietro Parolin no aparece ni una sola referencia a ello, el cardenal secretario de Estado se interesó por el tema del fin de ETA, su proceso de disolución y desarme, y preguntó igualmente por la situación de las víctimas del terrorismo. De todo ello recibió información por parte del lendakari, aunque, según ha podido saber Vida Nueva, evitó calificar a ETA como “grupo terrorista”, haciendo uso de circunloquios. Este hecho no pasó desapercibido para los presentes en la audiencia.
Publicado en el número 3.022 de Vida Nueva. Ver sumario
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