Parroquias de Valencia recurren la prohibición del Ayuntamiento de tocar las campanas

campanario de la iglesia de San Nicolás en Valencia

“Más que contaminación acústica, es contaminación ideológica”, denuncia el párroco de San Nicolás

campanario de la iglesia de San Nicolás en Valencia

Campanario del emblemático templo de San Nicolás

JOSÉ RAMÓN NAVARRO PAREJA (VALENCIA) | El Ayuntamiento de Valencia ha prohibido el toque de las campanas de iglesias del centro histórico tras una denuncia vecinal por contaminación acústica. En la última semana de enero, el Servicio de Contaminación Acústica instaba al párroco de San Nicolás, Antonio Corbí, a “la suspensión inmediata” del tañido de las campanas hasta que se tomen las medidas para “atemperar su sonido”. En el último año, una medida similar enmudeció las campanas del convento de San José de la Montaña, la parroquia de los Santos Juanes o la iglesia de los Escolapios.

“Hemos acatado la notificación del Ayuntamiento, porque respetamos la legislación”, asegura a Vida Nueva Antonio Corbí, quien entiende que “más que contaminación acústica, es contaminación ideológica, porque hacen una lectura parcial de las ordenanzas”. Hasta ahora, la parroquia –una de las más antiguas de la ciudad– tenía tres toques (a las 9:30 horas, a las 12:00 y a las 20:00), además de la misa del domingo, por lo que los feligreses consideran injustificada esta medida. “Vamos a presentar alegaciones, porque no entendemos los motivos. Sería absurdo que alguien denunciara las mascletaes y que se anularan por exceso de ruido, si solo son cinco minutos durante diecinueve días”, añade el párroco. “Es irónico que el problema de Ciutat Vella sean las campanas, con toda la degradación que existe en estos barrios”, sentencia.

Reacción vecinal

“Vivo desde hace veinte años aquí y nunca me han molestado las campanas”, apunta a esta revista José Enrique, un vecino de la calle Cavallers, donde se encuentra San Nicolás, una opinión que comparte la mayoría de vecinos y comerciantes. Otros, como Teresa Gascó, han pasado a la acción con una campaña de recogida de firmas para que el tañido de las campanas vuelva al centro histórico.

Una iniciativa que ya se vuelto viral, y también hay una cadena de mensajes telefónicos que invita a los católicos valencianos a dejar su firma en el horno situado al lado de la parroquia, donde se ha centralizado la recogida. “El barrio está muy sucio. Eso sí que molesta, no el sonido de las campanas, que nos ayuda a articular el día”, afirma Gascó.

Retirada de los símbolos religiosos

El tripartito que gobierna en el Ayuntamiento de Valencia (formado por Compromís, PSPV-PSOE y la marca blanca de Podemos, València en Comú) aprobó el 26 de enero una moción, presentada por el último grupo, para eliminar toda simbología religiosa de los espacios de titularidad pública que dependan del Consistorio, salvo que signifique un bien patrimonial e histórico contrastado. En la propuesta también se insta al Ayuntamiento a celebrar actos y conmemoraciones “exclusivamente de carácter civil”, a excepción de los que suponen un legado cultural o festivo, así como a modificar las leyes para eliminar las exenciones fiscales de las confesiones religiosas, para que, de esta forma, paguen el Impuesto de Bienes Inmuebles en los locales destinados a negocios.

La propuesta contó con el rechazo de los grupos de la oposición, tanto el PP, que la calificó como un “ataque a las creencias de los valencianos”, como de Ciudadanos, que consideró las propuestas como “dispares y contradictorias”.

Por su parte, el portavoz de València en Comú, Jordi Peris, promotor de la moción, reconoció “lo polémico” del asunto, aunque aseguró que no querían “sembrar divisiones” ni “destrozar iglesias, ni quemar retablos, ni impedir que se entre en iglesias, sinagogas o mezquitas”. Peris también aclaró que la norma no implica que desaparezcan la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, las Fallas, la Semana Santa o la procesión del Corpus.

Publicado en el número 3.022 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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