Lágrimas de pastor por Venezuela

“No hay derecho a que nuestra gente tenga que sufrir tanto”, clama emocionado el arzobispo de Maracaibo

Ubaldo R. Santana, arzobispo de Maracaibo Venezuela charla en la Universidad Pontificia Comillas Madrid enero 2017

Ubaldo Santana durante su charla en Comillas

JOSÉ LUIS CELADA | Con una mezcla de dolor e indignación, su voz quebrada por el llanto lanzaba un llamamiento desesperado: “No hay derecho a que nuestra gente tenga que sufrir tanto”. Y, recobrado el aliento con un trago de agua que se hizo eterno para el auditorio, Ubaldo R. Santana (Cagua, 1941) pasó a describir ese sufrimiento del pueblo venezolano: “Sin recursos para vivir, ni trabajo productivo, ni bien pagado, en una inseguridad total, viviendo en medio de grandes precariedades…”. Una situación, aun así, que “también ha producido grandes movimientos de solidaridad”, se felicitó el arzobispo de Maracaibo, antes de pedir –conteniendo las lágrimas– que todo lo que está sucediendo en su país “les duela en el alma a los que nos gobiernan”.

Tan emotivo momento se vivió durante la charla sobre La Iglesia frente a la crisis venezolana, que el prelado pronunció en la madrileña Sala de Conferencias de ICADE el jueves 19 de enero. Cerca de un centenar de personas, convocadas por entreParéntesis y la Cátedra de América Latina de la Universidad Pontificia Comillas, pudieron escuchar de primera mano qué ocurre hoy en Venezuela, en qué punto está el diálogo entre las partes o cómo la Iglesia acompaña y comparte los dolores de la gente, convencida de que “no es salvación digna de Dios ni de los seres humanos la que llegue desde fuera y desde arriba”. “Solo hay salvación desde dentro y desde abajo”, recordó Santana, hondamente preocupado por los “sentimientos encontrados de resentimiento, de venganza, de odio…” entre sus compatriotas, y lo “altamente dañino” que esto resulta para reconstruir el país. (…)

A esta oscura radiografía episcopal cabe añadir el fracaso del revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, que era “la mejor salida –en opinión de Santana–, porque se devolvía al pueblo el poder”. Y ello provocó tal “frustración y rechazo en la ciudadanía”, que “muchos pensaron que se cerraba definitivamente una puerta para lograr la convivencia”. Tampoco ha ayudado “el empeño del Gobierno por imponer unilateralmente un sistema totalitario que, más que a aplicar la Constitución Nacional Bolivariana, se ha dedicado a aplicar un plan paralelo, que llama Plan de la Patria”. (…)

Publicado en el número 3.021 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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