Fontilles, la última leprosería de Europa

Fontilles, entre Valencia y Alicante, la última leprosería de Europa

El sanatorio valenciano, fundado por un jesuita en 1909, es el único que queda en el Viejo Continente

Fontilles, entre Valencia y Alicante, la última leprosería de Europa

BLANCA RUIZ ANTÓN | El 29 de enero se celebra el Día Mundial Contra la Lepra. Una enfermedad relacionada con la pobreza y la falta de higiene. En Europa está prácticamente eliminada, pero, en el resto del mundo, cada dos minutos una persona descubre que la sufre; un gran porcentaje de ellos son menores a quienes esta enfermedad les marca física y mentalmente, a veces, para siempre. Los excluidos, los leprosos de España, vivían y viven en Fontilles, la última leprosería de Europa, que ahora colabora para conseguir acabar con esta enfermedad en el resto del mundo.

En España, efectivamente, hay personas cuya vida quedó marcada por la lepra. A pesar de que actualmente se considera casi erradicada, durante muchos años fue un fuerte azote para la población más débil y empobrecida del país. Los casos de lepra que surgían aquí eran derivados inmediatamente a Fontilles, la leprosería más grande de Europa. Ahora que los casos en el Viejo Continente son mínimos, este centro es la punta de lanza para erradicar esta enfermedad en otros países, como India, donde el contagio es dramáticamente frecuente.

El Sanatorio de San Francisco de Borja, Asociación Fontilles, se sitúa en el límite entre Alicante y Valencia, en la comarca de la Marina Alta. Está rodeado por una amplia muralla de tres metros de alto porque, a mediados del siglo XX, los vecinos de la comarca pensaban que de esta manera se pararían los gérmenes que contagiaban la enfermedad. Aunque nada más lejos de la realidad. Según explica a Vida Nueva el doctor José Ramón Gómez, director médico de Fontilles, “esto supuso un aislamiento todavía mayor de los pacientes. Sufrían un enorme rechazo por el contagio a pesar de que no es una enfermedad que se transmita de esa manera”.

Fontilles, entre Valencia y Alicante, la última leprosería de Europa

Varios usuarios del centro

“Actualmente –asegura el doctor Gómez–, ya no se ingresa a casi nadie por lepra; es un problema mínimo. Hay alrededor de 22 casos nuevos al año y, de estos, el 70% vienen de otros países, como Ecuador, Brasil, Colombia…”. Pero Fontilles ha descubierto nuevos modos de estar con los más necesitados. Por eso hoy hay internos que, a pesar de estar ya curados, nunca se fueron, y otros que al final de su vida decidieron volver. Sobre los que llevan casi toda su vida en el sanatorio, el doctor Gómez apunta que “son ancianos que en su día tuvieron lepra y lo pasaron realmente mal. Algunos quedaron con grandes secuelas o necesitan curas diarias, otros fueron rechazados por sus familias o la sociedad y viven aquí… De hecho, hay un paciente que lleva 59 años en Fontilles. Ya no morirán de lepra, sino de las mismas causas que cualquier mayor, pero han pasado aquí muchos años y sienten esto como su casa”.

Estigma social

Abilio Cegarra tiene ahora 74 años, pero su relación con Fontilles comenzó cuando tenía 17. Afectado por la lepra, su familia decidió enviarle al sanatorio mientras que en su Vinaroz natal decían que estaba trabajando en Barcelona. “Llegué muy enfermo, muy pocos de mi familia supieron que estaba aquí porque mi padre tenía un bar y eso podía afectar al negocio familiar. Estuve internado cuatro años”, cuenta. Ahora, 57 años después, Abilio ha vuelto a Fontilles para quedarse, porque, al enviudar hace dos, buscó una residencia geriátrica y al final se decantó por la casa de la que, a pesar de la enfermedad, tan buenos recuerdos guarda.

“En Fontilles todos son muy amables… Como hemos sido tan despreciados en esta vida, cuando hay una persona que nos atiende, es un gusto. Sabemos agradecerlo”, reconoce con sinceridad Abilio, que subraya que, a pesar del estigma social que tiene esta enfermedad, “no se contagia nadie. Yo estuve casado 43 años y mi mujer murió del corazón y no de esta enfermedad”. Además, explica con humor que cuelga fotos de Fontilles en su perfil de Facebook “porque quienes son mis amigos saben que soy un antiguo leproso que ahora vivo aquí, y ellos me quieren así”.

Fontilles, entre Valencia y Alicante, la última leprosería de Europa

Panorámica del sanatorio, situado en un paraje idílico entre Alicante y Valencia

Fontilles nació como respuesta a un fuerte brote de lepra a finales del siglo XIX y que constituyó un importante problema de salud pública, ya que, por entonces, no había medicación para destruir el germen. Por eso, en 1902 el sacerdote jesuita Carlos Ferrís y el abogado Joaquín Ballester, preocupados por las condiciones en las que vivían estos leprosos en España, fundaron este sanatorio, que abrió sus puertas de manera oficial en el año 1909.

“Los jesuitas y las religiosas franciscanas que dirigían el centro atendieron a los más de 3.000 enfermos de lepra que han pasado en este siglo de vida por Fontilles. Al inicio, tan solo había religiosos al cargo. El personal sanitario llegó en 1919, con médicos de la zona que ayudaban, pero poco a poco se fueron integrando en el personal del centro”, explica el doctor Gómez.

Hasta 1940, todo diagnosticado con lepra en España, alrededor de 400, era traído obligatoriamente al centro; se les mejoraba la higiene, la alimentación y se les curaban las heridas. “Este era un pueblo –ilustra el director– de enfermos de lepra, con edificios separados para hombres y mujeres. También tenía un teatro, una cárcel y un cementerio. Todo perfectamente estructurado. La mayoría de los enfermos era gente joven, entre 20 y 40 años. Era un mundo aislado, pero estructurado. Hasta 1941, que no hubo medicación, los pacientes morían pronto. La única forma de mantenerlos era mejorando su higiene y alimentación”.

En 1982, la aparición del tratamiento definitivo para esta enfermedad cambió tanto la forma de aproximarse a la enfermedad como el futuro de los pacientes, quienes desde la primera dosis dejaban de ser contagiosos y, en un máximo de 12 meses, estaban totalmente recuperados. Varias décadas después, Fontilles sigue siendo un hogar. Incluso para los ya curados.

enfermos de lepra en India

A nivel mundial, cada año se producen 220.000 nuevos contagios; el 70%, en India

También es un centro de investigación

Según la OMS, una enfermedad está erradicada si no se registra ni un solo caso nuevo en el país. En España, la lepra tan solo está “eliminada”, ya que el número de pacientes nuevos es menor de uno por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, las previsiones no son tan esperanzadoras en todo el mundo, ya que, según datos oficiales, nueve de cada cien de esos nuevos pacientes de lepra son menores.

“Anualmente se diagnostican unos 220.000 casos nuevos, el 70% de ellos en India y los países vecinos. América Latina y Brasil tienen una media de unos 40.000 casos nuevos. En África, la eterna desconocida, el diagnóstico depende, porque los programas no funcionan bien y las estructuras sanitarias son muy precarias”, lamenta el doctor Gómez.

Por eso Fontilles realiza cada año, desde hace más de medio siglo, cursos de formación especializada en lepra y otras enfermedades ligadas a la pobreza para médicos y enfermeros especializados en dermatología o medicina tropical y al que asiste personal de países afectados para luchar con una mejor formación contra esta enfermedad. En 2017, Fontilles tiene previsto desarrollar 26 proyectos de lucha contra la lepra y otras enfermedades relacionadas con la pobreza en 14 países de África, América Latina y Asia, del que se beneficiarán alrededor de medio millón de personas. Estos proyectos se desarrollan siempre en colaboración con organizaciones locales para fortalecerlas y asegurar su continuidad.

Publicado en el número 3.020 de Vida Nueva. Ver sumario

 


LEA TAMBIÉN:

Compartir