Ildefonso Falcones: “Aún me dejan ir a misa los domingos”

Ildefonso Falcones, novelista

Escritor, publica ‘Los herederos de la tierra’ (Grijalbo)

Ildefonso Falcones, novelista

ÁNGELES LÓPEZ | Hasta hace una década, Ildefonso Falcones era uno de tantos abogados que se paseaba por la Basílica de Santa María del Mar, mientras hacía tiempo para entrar en los juzgados. Cinco años tardó en culminar su primera novela, La catedral del mar, que rápidamente se convirtió en un best seller, con más de seis millones de ejemplares vendidos en el mundo. Ahora, diez años después, mientras finaliza el rodaje de la adaptación a serie de su primera novela, acaba de editarse Los herederos de la tierra (Grijalbo), la continuación de su primera obra, que transcurre tres años después y en el barrio de El Raval (Barcelona). Como no podía ser de otro modo, está el número uno en la lista de libros más vendidos.

PREGUNTA.- Su novela transcurre en la Barcelona de 1387. ¿Cómo hace esos viajes en el tiempo?

RESPUESTA.- Mostrando cómo eran las cosas y, sobre todo, los pequeños detalles. Mostrando las curiosidades y los ambientes. A partir de ahí, se meten en la lectura. Lo importante de la literatura es que el lector participe de la propuesta del escritor.

P.- La violencia es presentada de forma explícita. ¿Fueron así esos tiempos?

R.- Era una época muy violenta, pero creo que consigo tratar la violencia sin una sobreexposición, sin una sobreactuación. Creo que todas las partes violentas, como las matanzas de los judíos o cuando ejecutaron a los responsables de aquella barbarie, todo eso, ocurrió de verdad. Lo relato tal y como leí e imagino que ocurrió. Por qué los descuartizaban o hacían tal otra cosa, eso está en los libros. En fin, hay que relatar lo que hay. Hay gente que, al tratar temas como la violencia o el sexo, son muy comedidos, muy pudorosos.

P.- ¿Cuáles son los hitos históricos y políticos que vertebran esta novela?

R.- Es importante el cisma de la Iglesia, que incluso a lo largo de la novela avanza con el Concilio de Constanza, algo que tiene un efecto sobre los personajes. Del otro lado, está el Compromiso de Caspe (1412). Para Barcelona suponía la llegada de un castellano. La estirpe de todos los reyes, desde que comienza la corona catalana unida luego a Aragón, se interrumpe con la muerte del rey Martín, que fallece sin descendencia. Eso hace que llegue al trono Fernando Antequera, el inicio de la castellanización de Cataluña.

P.- Aborda también el tema de los judíos. Un proceso cruel que culmina en 1492, pero que se inicia con el asalto de 1391.

R.- Efectivamente. Los 150 años anteriores a la expulsión de los judíos, yo creo que son su verdadero calvario. No voy a decir que la expulsión de gente arraigada en su país sea buena, porque no, debió de ser un drama. Pero, sinceramente, lo peor que vivieron fueron esos 150 años de injusticia.

P.- ¿Es usted un hombre de fe?

R.- Sí. Soy católico. No todo lo practicante que quisiera, pero voy a misa los domingos… ¡Aún me dejan! Sí. Soy un hombre de fe.

P.- ¿Y qué opinión tiene del papa Francisco?

R.- Creo que es un hombre con una inquietud desmesurada y con ideas muy modernas. Hay que ver si las estructuras y los propios católicos son capaces de asumir lo que plantea y lo que seguirá planteando. Lo tiene muy duro, pero por la propia feligresía.

P.- Cuando no escribe, ¿qué hace?

R.-
Ya no ejerzo la abogacía; por tanto, si no escribo, hago de “amo de casa”, arreglo cosas, me meto con las tareas del hogar… ¡Con cuatro hijos hay mucho que hacer!

Dicto sentencia

  • “Me encanta escribir sobre el humilde, el personaje que es injustamente tratado y lucha por unos principios, yo me fijo en el pueblo llano, ya hay otras novelas históricas que se centran en los reyes y nobles”.
  • “Socialmente no se puede comparar nuestra sociedad con la Edad Media. Aún podemos hablar de esclavitud, pero la diferencia es que en aquella época era asumida, la defendía incluso la Iglesia”.

Publicado en el número 3.015 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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